martes, 20 de enero de 2009

Aprender a Perdonar

APRENDER A PERDONAR




Al aproximarse a la recepción de un hotel, a un hombre le llama la atención un ruido y al voltearse a ver qué es, golpea sin querer con el codo el seno de una linda mujer.



Apenado y sin saber qué hacer, él dice:

- Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como

su seno, tengo la seguridad de que me perdonará



La mujer sonriendo le responde:

- Y si su pene es tan duro como su codo, mi habitación

es la 201



Jajaja que esperabas, una cátedra sobre el perdón..? ja ja ja y recuerda siempre:

SI LA VIDA TE DA LA ESPALDA, AGARRALE UNA NALGA !!!



¡Sonríe y Disfruta la Vida !



Colaboración de Mayra

martes, 13 de enero de 2009

Rieles y trenes

Rieles y trenes


Andrés Alejandro Andreis



“Allí donde el ferrocarril se presente, a cualquier rumbo que se dirija, brotan como por encanto los productos de la tierra, el comercio y la población.” (Gral. Julio A. Roca, 1883).


El 1º de enero de 1885, en plena celebración del año nuevo, se inauguraba el primer tramo -de Santa Fe a Esperanza- del Ferrocarril Santa Fe a Las Colonias, que perteneció en principio al estado Provincial. Ejercía la gobernación de Santa Fe el Pbro. Dr. Manuel María Zavalla, destacado impulsor de ferrocarriles. El acontecimiento estaba enmarcado en la promulgada ley provincial del 3 de noviembre de 1882, por la que se autorizaba al Poder Ejecutivo la contratación de la firma John Meiggs, Son y Cía. para la construcción de una línea férrea que, partiendo de Santa Fe, se dirigiera a Lehmann. La financiación corría por cuenta de la casa Cristóbal de Murrieta, de capitales anglo-españoles.


El 15 de julio del mismo año los rieles llegaron a Rafaela, y se completó en 1887 el trazado hacia Lehmann, que se extendió luego hasta San Cristóbal en el marco de nuevos contratos con las firmas precitadas. Cabe recordar que fueron subcontratistas de la obra, la compañía Hume Hnos, cuya sede administrativa se encontraba entre las calles Hipólito Yrigoyen (ex Humberto Primo) y San Luis, donde en la actualidad funciona el Museo Ferroviario Regional de la ciudad de Santa Fe, edificio declarado Monumento Histórico y que fuera construido entre 1885 y 1889.


Este ferrocarril, arrendado en 1887 a la compañía francesa Fives Lille y más tarde, el 10 de abril de 1900, transferido con todos sus bienes a la compañía Francesa de los Ferrocarriles de la Provincia de Santa Fe, continuaría su expansión. Así, iría conformando su red de acuerdo con las siguientes fechas de llegada: al norte, de Santa Fe a Gobernador Vera (1890) y a La Sabana, Chaco (1892). De La Sabana a Barranqueras (1907) y de Gob. Vera a Reconquista (1913). Hacia el sur, de Santa Fe a Rosario (1891). Al oeste, de San Francisco a Villa María, Córdoba (1904). Al este, de Santa Fe a Colastiné (1886) y a San José del Rincón (1889).


Al cruzar límites, se había convertido en ferrocarril interprovincial incorporado a la jurisdicción nacional. Con el correr de los años su tejido férreo había alcanzado los 2.100 kilómetros de vía, hasta la compra de los ferrocarriles de capital francés por parte del estado Nacional, operación que se efectuó el 17 de diciembre de 1946.


Sin duda fue el ferrocarril más importante de la provincia, por su penetración en las zonas agrícolas, ganaderas y forestales. Y la obra no fue sencilla. Basta recordar las agotadoras picadas en los montes vírgenes del chaco santafesino y chaqueño, que debieron abrirse para fijar rieles.


Fue el precursor de lo que hoy llamamos “economías regionales”, generando además múltiples fuentes de trabajo, como los afamados Talleres del Ferrocarril Santa Fe - en la actualidad parte del predio ferial municipal- y el área industrial operativa de Santa Fe Cambios, en los terrenos del hoy Parque Federal.

Los trenes que no volvieron



Observando los paisajes desolados que hoy ofrecen las vías ferroviarias, viene a mi memoria el gran despliegue de trenes de pasajeros de varias décadas atrás. El símbolo de los movimientos diarios fue la estación del F.C. Belgrano de la ciudad de Santa Fe, con los trenes que partían hacia distintos destinos con un pasaje realmente feliz. Quien esto lea, quizás haya disfrutado alguna vez -en tiempo de vacaciones- de un viaje en coche motor a Córdoba por vía Balnearia. Y quizá recuerde el paisaje campestre que se desplegaba luego de Laguna Paiva hacia el oeste, cuando el tren enfilaba hacia pueblos como Manucho, Cululú, Progreso, Ing. Boasi, Galisteo, Cabaña El Cisne y Casablanca, hasta llegar a Balnearia. Allí muchos pasajeros se bajaban para dirigirse a la entonces famosa y saludable Mar Chiquita, en tanto que el coche motor proseguía su marcha con destino a la estación Alta Córdoba. Por la vía a San Francisco partía El Capillense, coche motor elegido por los veraneantes para su viaje a las sierras cordobesas, formación que arribaba a Capilla del Monte luego de realizar, a través del Valle de Punilla, un itinerario serpenteante de singular belleza. Hasta avanzada la década de 1940, desde la Estación Francesa -demolida en 1960- corría diariamente un tren nocturno con coche dormitorio que se dirigía a Rosario y Buenos Aires. Muchos recordarán el “Panamericano”, tren internacional que con rumbo a Bolivia, vía La Quiaca, tenía un minuto de parada en el Empalme Santa Fe, playa de maniobras anexa a la estación Belgrano.



También teníamos el tren popularmente conocido como “El Chaqueño”: Retiro-Rosario-Santa Fe-Resistencia y viceversa, que tenía la particularidad de llevar, además de pasajeros, chivitos de regalo para las festividades de fin de año y envases con serpientes destinadas al Instituto Malbrán, en sus furgones de encomienda. El coche motor de Santa Fe a San Javier, cuyo ramal desde Naré fue levantado en 1972, sin sopesar el daño que se le causaba en esta otra conexión con los pueblos de la costa. En fin, la era menemista terminó con todos los trenes, como los locales a Laguna Paiva, algunos con nombres propios puestos por el imaginario popular, como “El Obrero”, “El de las Maestras”, “El Lechero” -entre los más conocidos- dejando para siempre en el recuerdo de tanta gente sus diarias comunicaciones con Guadalupe, Ángel Gallardo, Monte Vera, Ascochinga, Arroyo Aguiar, Constituyente y los apeaderos intermedios que los relacionaban a diario.



Por último quiero evocar al tren del F.C. Mitre -cuyos mejores años fueron del 1960 al 70- que contaba con coche pullman, bar y comedor. ¡Era un viaje de lujo! Sería larga e interminable la lista de los trenes que nos dejaron y que jamás volvieron.



Una ciudad sin trenes no tiene categoría como tal, la perdimos hace tiempo. Sin embargo, pese a todo, el ciudadano común sigue esperando con tibia esperanza el regreso de sus añorados y siempre reclamados trenes.


Publicado por DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE

lunes, 5 de enero de 2009

NAVIDAD DEL 78 - MARCOS ROESCHLIN

La mejor Nochebuena de los lectores de lanacion.com


Publicado en DIARIO LA NACION http://www.lanacion.com.ar/
 
Enviada por Marcos Roeschlin

Avellaneda - Santa Fe


"De ninguna manera puedo decir que la Navidad de 1978 fue la mejor de mi vida (digamos que fue la peor), pero sin dudas fue la más inolvidable por las circunstancias que la rodearon.



"Ese año estaba haciendo la colimba en lo que hoy es la III Brigada Aérea Reconquista, y a raíz del conflicto por el Beagle (se cumplen exactamente 30 años), me trasladaron a Puerto Santa Cruz el 20 de diciembre.


"¡El 20 de diciembre! Hasta el día de hoy no puedo creer la fecha que eligieron para esa movilización. A pesar de eso, tuve el "privilegio" de que me lleven en avión; a la mayoría de mis compañeros los llevaron 10 días antes en camiones, en un interminable viaje de 5 días..., imagínense lo que fue eso.




"Como todos saben, el ataque iba a ser en la madrugada del 22, que fue milagrosamente suspendido pocas horas antes. Así que de pronto nos encontramos en un ambiente desconocido, sin actividades para realizar, y con el alivio lógico al conocer la buena noticia (para algunos... no todos), y con la expectativa de poder volver a casa rápido y pasar las fiestas con nuestros familiares. Pero no fue así.



"Los días fueron pasando monótonamente, uno tras otro, todos iguales, las Fiestas incluidas. Pasamos los días dentro de un pozo en el predio del Aeropuerto, una especie de pequeña trinchera tapada con chapas y tierra donde estaba el equipo de comunicaciones, y éramos cinco colimbas jugando al truco y haciendo nada... Una especie de vacaciones forzadas. Las salidas eran para lavar ropa e ir al baño, y los que no estaban de guardia podían ir a comer a una estancia que estaba a mitad de camino entre el Aeropuerto y la ciudad. A los demás la comida les llegaba al pozo, aunque debo reconocer que era buena y caliente, nada que ver con los que les tocó a los muchachos de Malvinas.



"Y llegó la Nochebuena... y no lo podíamos creer. Festejamos la Navidad y el fin del conflicto al mismo tiempo dentro del pozo. Conseguimos unos panes dulces y unas sidras, y con eso aguantamos un poco el bajón pero no lo voy a olvidar nunca más, como tampoco nuestros familiares, de los que no tuvimos noticias esos días.



"Tenía escondida entre mis ropas una pequeña cámara Kodak de bolsillo, y pude sacar unas fotos que tienen para mí y mis compañeros un valor incalculable y las quería compartir con ustedes. Ahora lo puedo hacer, porque si me descubrían la cámara en esos días, seguramente no la iba a pasar muy bien.



"Una vez pasada la Navidad, comenzaron las versiones de que volvíamos a casa mañana, o pasado, o pasado, pero nada de eso pasó y nos volvimos a encontrar una vez más con panes dulces y sidras en Año Nuevo, y con más de un motivo para festejar de que por fin se terminaba ese fatídico año. En conclusión, volví del Sur el 13 de enero y los que fueron en camión unos días después. La fecha elegida para el conflicto es otro motivo de análisis de esos años.


 "De los cinco colimbas, cuatro tenemos estas fotos y con dos de ellos me sigo viendo periódicamente ya que vivimos cerca. De los otros dos nunca más tuve noticias, creo que eran de La Plata o alrededores, e incluso a uno de ellos ni siquiera le pude mandar las fotos porque no tenía la dirección. Sería fantástico poder hacérselas llegar algún día.




"Me entusiasmó la idea de comentar estos hechos la conmemoración de los 30 años del freno al estallido, ya que que me parece una muy buena medida que se recuerden esos días con diversos actos, porque si una guerra es noticia, una no guerra tendría que serlo aún más.



"Un abrazo y ¡felices fiestas! Seguramente yo las voy a pasar bastante mejor que 30 años atrás..."