martes, 11 de agosto de 2009

CANCION OTOÑAL

Federico García Lorca




CANCION OTOÑAL

Noviembre de 1918. (Granada.)



Hoy siento en el corazón

un vago temblor de estrellas,

pero mi senda se pierde

en el alma de la niebla.

La luz me troncha las alas

y el dolor de mi tristeza



va mojando los recuerdos

en la fuente de la idea.



Todas las rosas son blancas,

tan blancas como mi pena,

y no son las rosas blancas.

que ha nevado sobre ellas.

Antes tuvieron el iris.

También sobre el alma nieva.

La nieve del alma tiene

copos de besos y escenas

que se hundieron en la sombra

o en la luz del que las piensa.



La nieve cae de las rosas

pero la del alma queda,

y la garra de los años

hace un sudario con ellas.



¿Se deshelará la nieve

cuando la muerte nos lleva?

¿O después habrá otra nieve

y otras rosas más perfectas?



¿Será la paz con nosotros

como Cristo nos enseña?

¿O nunca será posible

la solución del problema?



¿Y si el amor nos engaña?

¿Quién la vida nos alienta

si el crepúsculo nos hunde

en la verdadera ciencia

del bien que quizá no exista

y del mal que late cerca?



¿Si la esperanza se apaga

y la Babel se comienza

qué antorcha iluminará

los caminos en la Tierra?



¿Si el azul es un ensueño

qué será de la inocencia?

¿Qué será del corazón

si el amor no tiene flechas?



¿Y si la muerte es la muerte

qué será de los poetas

y de las cosas dormidas

que ya nadie las recuerda?

¡Oh sol de las esperanzas!

¡Agua clara! ¡Luna nueva!

¡Corazones de los niños!

¡Almas rudas de las piedras!

Hoy siento en el corazón

un vago temblor de estrellas

y todas las rosas son

tan blancas como mi pena.

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