miércoles, 31 de diciembre de 2008

¿Qué te puedo desear para el próximo Año?

¿Qué te puedo desear para el próximo Año?




Miércoles 31 de Diciembre de 2008



Que nuestra amistad continúe eterna y tenga siempre un lugar especial en nuestro corazón.



Que las lágrimas sean pocas, y compartidas. Que las alegrías estén siempre presentes y sean festejadas y recordadas tanto por ti como por mí.



Que Dios esté siempre con su mano extendida y te sostenga y me sostenga señalándonos el camino correcto.



Que los sentimientos como la envidia o el desamor, sean eliminados de nuestra vida.



Que la verdad siempre esté por encima de todo. Que el perdón y la comprensión, superen las amarguras y las dificultades.



Que todo lo que soñemos se transforme en realidad, pero sobre todo que el amor al prójimo sea nuestra meta absoluta.



Que mi cariño deje una huella imborrable tanto en tu vida como en tu corazón.



¡Te deseo un hermoso año nuevo a partir de hoy!



Que nuestra próxima jornada de los siguientes 365 días esté llena de caminos por recorrer y de metas por alcanzar, pero lo más importante es que atesoremos los recuerdos gratos que la vida nos regaló este año que está por terminar.



Lucas 6:38 Dad y se os dará...











www.RenuevoDePlenitud.com

martes, 30 de diciembre de 2008

NO TIENES TIEMPO?

No tienes tiempo?




No tienes tiempo? Muy cierto...

Para las personas que dicen que no tienen tiempo de nada o una agenda saturada Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.



Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa,

junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:.



Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.



Luego preguntó: Esta lleno?

Todo el mundo lo miro y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó.

Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.



El experto sonrió con ironía y repitió: Esta lleno?

Esta vez los oyentes dudaron:

Tal vez no, Bien!

Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco.

La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.



Está lleno? pregunto de nuevo. - No!, exclamaron los asistentes.

Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.



Bueno, que hemos demostrado?, preguntó.. Un alumno respondió:

Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.



¡NO!,concluyó el experto: Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.

¿Cuales son las grandes piedras en tu vida?. Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?

Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su Lugar.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Los montajistas

Los montajistas


Por Eduardo Aliverti

Es todo un tema determinar, con cierta exactitud, cuánto hay de real y cuánto de fantaseado (y estimulado) en los alcances que la crisis internacional tiene y tendrá por aquí.



Hay situaciones específicas que, no importa ya el realismo o el temor montado de su procedencia, reflejan un parate y hasta retroceso de la economía. Basta constatar que ya no se habla de inflación, cuando hasta hace pocos meses era el asunto predominante por lejos y la figura de Guillermo Moreno, más las andanzas oficiales en Indeklandia, eran la comidilla de toda la prensa. Hoy, el escenario con mayoristas, minoristas, taxistas, intermediarios, cuentapropistas, y todo actor comercial, de servicios o productivo que se quiera, es la queja por el descenso de la actividad. No hay ámbito que no lo registre. Sin embargo, la realidad de esa temperatura no coincide con la térmica que genera salvo, marcadamente, en dos áreas: la automotriz y la agropecuaria. Son las dos que se ligan en forma directa con la recesión externa; en la primera por la dependencia con Brasil y en la segunda por el marco más general, con el añadido de los intereses políticos ya demostrados durante el choque por las retenciones. Desde afuera se compran menos autos, menos granos y menos carne; o bien, además de suceder eso, los réditos presentes tienen poco que ver con lo que se calculaba, y entonces hay la especulación de desensillar hasta que aclare. Una cosa y la otra dan la suma de estancamiento o repliegue de fábricas y proveedores automotrices, frigoríficos, insumos agrícolas, industria del cuero. ¿Alcanza eso para hablar de una economía paralizada o cercada por riesgos gravísimos? ¿Lo que les pasa a la General Motors o al Citigroup es necesariamente la proyección de lo que ocurrirá en Argentina? ¿La caída en los precios de las materias primas agrícolas quiere decir pérdida? ¿O es lucro cesante respecto de lo que esperaban ganar los jugadores de esos sectores? Por lo pronto, excepto en las parcelas de producción mencionadas (sin que esté diciéndose que son un dato menor), no hay otras pruebas reveladoras de una merma sensible en los grandes indicadores económicos. Quedó planchada, incluso, la amenaza de corrida hacia el dólar. Pero resulta que todo parece haber empezado a funcionar de acuerdo con consecuencias por las dudas, de causas que son más dudosas todavía. Suspensiones, reducción de turnos, pronósticos de despidos, adelantamiento de vacaciones en los terrenos laborales directamente vinculados a la escena mundial, surgen como un espejo no comprobado de lo que le acontecería a la economía toda. ¿Cómo no sospechar, entonces, que estamos frente a efectos construidos para desmalezar de conflictos gremiales y reclamos salariales a la tasa de ganancia? ¿Cómo no ser suspicaz si el diario más importante del país le dedica el título central de portada a que la General Motors, en una de sus plantas, canjea no despedir trabajadores por rebaja de sueldos? ¿Cómo no acordar con que el establishment contempla tomar a empleos y salarios como variable de ajuste? ¿Cómo no dudar, cuando en los balances de la Bolsa de Comercio las compañías líderes presentaron ganancias con aumentos de hasta más del 100 por ciento con relación a igual período del año pasado?

Sólo dos grandes aspectos pueden verse certeros, con estrictez. El primero es que Argentina tiene con qué arreglárselas, cualquiera sea la dimensión de los huracanes externos, sin afectar significativamente a los núcleos mayoritarios de la población. Un país en condiciones de alimentar a más de 300 millones de personas, y sin conflictos de carácter bélico, étnico, religioso, independentista o etcéteras de ese tipo, puede preocuparse por el cómo pero no por el qué. Lo cual, claro que en función de sus intereses de apropiación de renta, es reconocido por los propios gurús y referentes del pensamiento liberal. Sin embargo, el segundo elemento es que no hay nada en este mundo capaz de contrariar una ley natural: si se piensa que las cosas saldrán mal, saldrán mal de manera indefectible. Por lo tanto, la mejor idea es aplanar las expectativas desfavorables. Y el único modo de lograr eso es la confianza popular respecto de que la crisis no será pagada, como es habitual, por los que menos tienen. No se trata de que sea fácil decirlo y muy difícil de implementar. Es así y punto, como lo es que esa confiabilidad de (y en) las mayorías no se consigue con discursos ni, mucho menos, con negaciones de la realidad y palabreríos compadritos.

El Gobierno debe demostrar que los principales afectados por la situación externa serán los más fuertes de la cadena. De lo contrario, en algún momento el clima se lo llevará puesto porque la barrera de que dispone es una oposición desperdigada que sólo se aglutina para montar el show de la denuncia. Y eso tiene un límite. En política también es ley natural que el lugar abierto por la desesperanza lo ocupa cualquiera, o casi, que potenciado por la necesidad masiva de volver a creer tenga habilidades para explotarlo. Las últimas semanas dieron cuenta de algunos movimientos hacia allí. Carrió ya se menea con los restos no definitivamente sepultados del radicalismo, que al fin y al cabo es donde pertenece al igual que todas las individualidades y facciones gorilas que fugaron del centenario partido una vez que su sucesión de fracasos no dejó resquicio para permanecer. Solá ya se cortó solo con el beneficio de amalgamar procedencia de pragmatismo e inescrupulosidad peronista, muy buena imagen mediática y simpatía de las franjas de derecha que articularon, socialmente, en el topetazo campestre y contra la reestatización jubilatoria. Cobos también da vueltas, por mucho que siga sin parecer capaz de ensamblar nada. Y Macri, aunque sus acciones se acotan a la Capital y su gestión sea un desastre, publicita un rol de víctima que no les cae nada mal a quienes necesitan un victimario. Una atmósfera que se completa con la agitación de los medios más influyentes, tanto sea por raigambre ideológica como por la presión de optimizar sus negocios. De todo eso puede salir tranquilamente un rejuntado que, por ahora, no se ve probable sólo porque los egos de cada quien son formidables.

Frente a ello, lo único que el Gobierno baraja es la marcación de que podría estarse ante un revival de la Alianza aunque ahora por derecha explícita, como si las definiciones ideológicas encarnaran algo sustantivo para la conciencia colectiva. En realidad sí hay algo de eso, pero en un sentido que va a favor de lo peor: una opción claramente de izquierda no tiene chances en esta sociedad, pero sí las tiene una de derecha que muestre algunos escrúpulos. Y, probanza de dictadura más menemato más guerra gaucha mediante, llegado el caso sin que siquiera hagan falta los reparos.





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Gentileza de Susana Ilari

viernes, 5 de diciembre de 2008

DIA DEL MÉDICO

3 DE NOVIEMBRE DÍA DEL MÉDICO


Ciencia, arte y humanismo

Mario Bravo (*)


PATCH ADAMS


Desde tiempos remotos, las sociedades que poblaron este planeta tuvieron como instrumentos fundamentales, en su afán de sobrevivir a través del paso del tiempo, a la educación y la salud. El aporte ilimitado de conocimientos, junto al estímulo continuo de generar diversos métodos de raciocinio, fueron las obsesiones de los grandes pensadores de todas las épocas. Además, el mero hecho de “sentirse bien”, tanto anímica como físicamente, abría las posibilidades para que se cumplieran los sueños de gobernantes y gobernados.

Nuestro país, en su corta historia, aportó grandes personalidades en el plano de la salud pública, personas que consideraron a la criatura humana como un “ser concreto y cualitativo”.

Como verdadero hombre de ciencia, cabe destacar a César Milstein: aquel joven bahiense que tuvo que emigrar a tierras extrañas, luego del golpe militar de 1962. Tiempo después, este “cerebro prodigioso” recibió el premio Nobel, obtenido en 1984, gracias a su labor en la Universidad de Cambridge (Inglaterra).

Los rasgos manifiestos de humanismo, tuvieron al médico esperancino Esteban Laureano Maradona, como un verdadero apóstol de las ciencias médicas. Por obra del azar, recaló en lo más hondo y hostil de la selva formoseña, luchando en soledad, en silencio, curando y salvando vidas.

En las últimas décadas del siglo XX, el cardiólogo René Gerónimo Favaloro se destacó como genuino representante de la codiciada “materia gris argentina”. De médico rural a genial creador de una técnica (by pass) para mejorar el funcionamiento de los corazones severamente dañados, permitiendo que miles y miles de seres humanos en el mundo, pudieran seguir viviendo gracias a su magnífica proeza creativa. Su obra como hombre de ciencia y humanista, traspasó nuestras fronteras, realzando el prestigio de la medicina argentina.

Lamentablemente nuestro país se caracteriza por ignorar a figuras de esta magnitud y a numerosos anónimos brillantes que han tenido que dejar su terruño para poder desarrollar su verdadero potencial.

Hoy se festeja del Día del Médico y estos modelos dignos de imitar nos llevan a reflexionar sobre la trágica confusión de valores que reina en la sociedad argentina y a buscar indefectiblemente los caminos adecuados que nos conduzcan a conformar y consolidar un país en el cual todos sus habitantes puedan gozar de un auténtico “estado de bienestar físico, psíquico y social”.

(*) Médico, ex asistente en la Fundación Favaloro, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología, adscripto al Comité del Deporte.

Publicado por DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE

jueves, 4 de diciembre de 2008

UN SUEÑO EN IMÁGENES

UN SUEÑO EN IMÁGENES




Publicado en http://www.reconquista.com.ar



Abrí este informe y te mostramos cómo será el enlace entre Avellaneda y Goya con fotomontajes. Los tres puentes más importantes de un total de 16 y los empalmes en la ruta 11 (Avellaneda) y la 27 (al norte de Goya).

Así será el puente sobre el Arroyo Los Amores.
















Puente sobre el Miní.



Puente sobre el cauce principal del Río Paraná. A la derecha los campos correntinos. A la izquierda, los humedales santafesinos.





Así será el acceso a la ruta 27, en Corrientes. Al norte se ve Lavalle y al sur está Goya.
La ruta 27 une Goya con Corrientes Capital. A 300 km está la frontera con Brasil, en Paso de los Libres que se comunica con la Ciudad de Uruguayana. Allí hay un millón de habitantes.



Así será el empalme de la Ruta Nacional 11, en Paraje El Timbó, al norte de Avellaneda

miércoles, 3 de diciembre de 2008

EL ALAMBRADO EN ARGENTINA

El alambrado en la Argentina


De la Redacción de El Litoral



Cuenta Noel H. Sbarra que largamente le ocupó averiguar quién había sido entre nosotros el primer hacendado en alambrar su propiedad. Finalmente encontró la “punta del ovillo” y se dedicó a reconstruir la vida de Francisco Halbach, el primero en alambrar en su totalidad el perímetro de su estancia Los Remedios, que comprendía lo que actualmente ocupa el aeródromo de Ezeiza.

La invención del alambre de púa, en 1874 en los Estados Unidos, fue un hito capital en la práctica de cercar los campos con solidez y seguridad. En la Argentina tal invención se presentó en 1878, pero recién una década más tarde comenzó a difundirse. Antes, en 1845, Mr. Newton había traído alambre de Inglaterra, y fue en 1855 que Francisco Halbach alambró su estancia.

Noel H. Sbarra, en su libro “Historia del alambrado en la Argentina”, publicado por Letemendia, comienza historiando los rudimentarios mojones que delimitaron las propiedades que Juan de Garay distribuyó, al fundar la ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires. Tal sistema de marcación presentó innumerables inconvenientes: quejas, reclamos, pleitos, de manera que el gobernador Hernandarias procedió a dar rumbo y medida al ejido de la ciudad y a las chacras que lo rodeaban, constituyéndose en la primera mensura oficial de que se tenga memoria (16 y 17 de diciembre de 1808).

Más allá de las barreras naturales que formaban montes, ríos y arroyos, el modo más primitivo de crear artificialmente un límite fue construyendo zanjas, y el de “zanjeador” fue un oficio rural, como sería más tarde el del alambrador. También se usaron ampliamente los cercos vivos de plantas espinosas y enmarañadas. En el Noroeste eran usuales los pircados (término de origen quechua), muros de altura variable de piedras superpuestas con argamasa. Con el refinamiento de los ganados (que comenzó por las ovejas) se usaron instalaciones como corrales de fierro fino.

William Mac Cann, en su “Viaje a caballo por las provincias argentinas” ofrece la primera noticia del alambrado. En su libro, cuenta que en los primeros días de mayo de 1847 se acerca a la estancia de un inglés, Richard Newton, y al describirla, habla de una “huerta circuida de un fuerte alambrado” y de un parque y de un jardín “defendidos de las incursiones de las vacas y ovejas por setos formados de arbustos espinosos y por una cerca de hierro”. Esta estancia (Santa María) se encuentra a diez leguas de Chascomús y se conserva en buen estado.

Sbarra se detiene en la biografía de este Richard Newton y continúa historiando el afianzamiento en el uso de este instrumento que permitió, aparte de delimitar las propiedades, parcelar en potreros las grandes extensiones, facilitar la cruza de haciendas criollas con reproductores seleccionados, el mejoramiento de la calidad de las pasturas y el cultivo de los campos.

Entre otros tantos detalles, se acentúa la significancia del Ñandubay: “Este árbol indígena ha prestado, más que ningún otro, importantes servicios a nuestra industria agropecuaria: durante mucho tiempo sus troncos -de madera durísima e imputrescible bajo tierra- se usaron en la construcción de alambrados y de corrales de “palo a pique”, para lo cual se los traía en goletas y pailebotes a vela desde Entre Ríos, y ocasionalmente desde el sur de Corrientes y norte de Santa Fe”.

Se nos recuerda también que el primer documento que legisla para evitar abusos de propietarios se debió a Bartolomé Mitre, en 1860, refrendado por Sarmiento. Establece que “ningún alambrado se pondrá en adelante a la orilla de las grandes vías de comunicación sin autorización del juez de Paz respectivo”. En 1862 se estableció que quienes querían alambrar sus campos debían pedir permiso a la Municipalidad del partido correspondiente.

El autor del “Martín Fierro”, en su “Instrucción del estanciero”, de 1882, declaraba con contundencia que “la modificación de mayor consecuencia introducida en la industria rural ha sido la de los alambrados”. Y Estanislao Zeballos en 1888 expresó con entusiasmo: “Los alambrados argentinos son extraordinarios”.

UN HOGAR LEJOS DE CASA

Un hogar, lejos de casa


Casa Garrahan es un techo para aquellos niños del interior y sus madres, que necesitan alojarse en Capital Federal mientras se realizan tratamientos que no requieren internación.

TEXTOS: M. DE LOS ANGELES ALEMANDI.



Los grises se quedan afuera. La soledad también. Hay tristezas y fantasmas que a veces se cuelan por las hendijas de las ventanas, pero se los trata de ahuyentar. No es fácil la vida en aquella casa sólo porque no es fácil la vida de quien pelea cuerpo a cuerpo contra una enfermedad. Pero aquellas paredes son el refugio más cálido para enfrentarse a la tormenta.

Casa Garrahan es un pequeño oasis en el desierto. Las puertas se abren y se ingresa a un espacio lleno de color, de energía y de luz. Afuera queda la aridez de una ciudad ajena e inmensa, el frío de los pasillos del hospital, la añoranza de la familia que está lejos.

La misión de la casa es generar un espacio que “propicie la recuperación de la salud” de los niños. Cobija a familias sin recursos económicos ni obra social, que llegan desde el interior del país (provenientes de distancias mayores a los cien kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) porque necesitan un hogar, mientras sus hijos cumplen tratamientos médicos por enfermedades (preferentemente oncológicas, cardiovasculares o ante la necesidad de un transplante) que no exigen internación.



El techo posible

Más de diez años atrás era imposible, para muchos niños llegados desde las provincias, recibir atención en los hospitales pediátricos de la Ciudad de Buenos Aires: Dr. Pedro de Elizalde, Dr. Juan P. Garrahan y Ricardo Gutiérrez, porque no tenían lugar donde vivir mientras durara el tratamiento.

En algunos casos la solución aparecía a través de las casas de las provincias, las obras sociales o gracias a la ayuda de familiares y amigos. Pero otras veces sólo se hallaba incertidumbre y más angustia. La Fundación Garrahan comprendió la necesidad y así nació el proyecto de la Casa.

En el año 1994, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires cedió un terreno ubicado a sólo cien metros del Hospital Garrahan (Pichincha 1731) y el 25 de marzo de 1997 fue inaugurada la obra. Desde entonces, bajo su techo han encontrado cobijo “más de siete mil familias”, según informó el Ing. Juan Ramón O’ Donnell, coordinador general de Casa Garrahan.

Todos los alojamientos están coordinados por el Servicio Social del Hospital Garrahan ante la demanda particular de las familias.

Puertas abiertas

Al entrar en la casa, una enorme sala de estar se presenta como un abrazo para el alma. Aquella mañana que la visitamos, las mamás con los niños estaban en el hospital, pero imaginamos que a su regreso aquel espacio se llenaría de risas. Las paredes están decoradas por obras de arte producidas por los chicos, con colores brillantes que derrochan vida.

Al fondo hay una biblioteca, una sala de computación y máquinas de coser. La última puerta nos transporta a lo más parecido a un paraíso para cualquier niño: la habitación de juegos.

Algunas ventanas dan a la calle y otras muestran el patio, que más que un patio parece un estacionamiento de cochecitos, autitos infantiles y andadores.

En un rincón se encuentran cómodos sillones, lugar donde las madres se reúnen, charlan, liberan tensiones y recuperan nuevamente el ánimo. Allí conversamos con el Ing. O’ Donnell, quien trabaja desde hace más de ocho años en la institución. Es un hombre alto, de sonrisa generosa y mirada honda que ha visto crecer a muchos chicos: “La casa es muy colorida y en ella hay mucha alegría -dice-. Se trata de generar un clima de contención. Hay días difíciles para las madres porque quizá recibieron un diagnóstico respecto de la salud de su hijo y están muy preocupadas o porque piensan en los otros hijos que dejaron en sus casas. Es muy fuerte el desarraigo. Además, de pronto llegan a esta ciudad enorme sin siquiera saber usar un ascensor. Entonces, no sólo cargan con el peso de la enfermedad del niño sino que tienen que salir a golpear puertas para conseguir los medicamentos o pasajes de colectivos y hacer un montón de trámites. Para nosotros es importante que la mamá esté bien, porque es casi una regla matemática: si ella se deprime, el niño también. Hay menores que conocen perfectamente lo que les pasa, pero hay otros que no; sin embargo, a través del ánimo de la madre se dan cuenta si mejora o empeora la situación”.

Este clima de contención del que nos habla el coordinador de La Casa no se puede traducir en palabras. Durante su estadía los niños realizan múltiples actividades: si están en edad escolar concurren a la escuela hospitalaria y, además, participan en talleres de teatro, dibujo, pintura, ajedrez, computación y música. Las madres también se mantienen ocupadas porque toman clases de cocina, gimnasia, expresión corporal y asisten a peñas musicales.

Los fines de semana se organizan salidas espontáneas entre las madres y los niños que duermen bajo el mismo techo: a veces van a una plaza a tomar mates, al zoológico o de compras a Once y con un poco de suerte reciben invitaciones para ir a ver espectáculos u obras de teatro infantiles.

Mundo íntimo

La Casa Garrahan tiene tres pisos y 46 habitaciones en total. Cada uno de esos espacios son amplios, tienen dos camas -para la mamá y el niño- y baño privado.

En cada piso hay una cocina, con largas mesas y un televisor que se suma al bullicio de los comensales. El menú diario lo determina una nutricionista que trabaja con la colaboración de una asistente, pero las que ponen las manos en la masa (respetando normas de higiene y seguridad) y preparan almuerzos y cenas, son las mamás.

Aquel mediodía que visitamos la casa, dos mujeres cocinaban hamburguesas con puré. Una, proveniente de Formosa, miembro de una comunidad toba, se limitó a sonreir. La otra, de Puerto Iguazú (Misiones) sólo respondió a Juan Ramón, cuando preguntó qué plato estaban preparando. De una de las paredes colgaba un afiche escrito a mano con fibra negra acerca de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), sus síntomas y las medidas de prevención. Estaban acompañadas por sus hijos. Al igual que ellas, el mayor nunca corrió la vista del televisor y el otro tampoco perdió la concentración mientras dibujaba.

Dibujaba rayas de colores en una hoja en blanco. Tendría no más de cuatro años. Apenas levantó la vista para mirarnos. Estoy segura de que tras el barbijo no apareció la sonrisa. Tuve ganas de removerle el cabello oscuro y saber su nombre, pero su silencio puso los límites.

De pronto entendí que yo era una intrusa. Aquella era su mesa, su cocina y su casa. Entendí también el sentido de apropiación del lugar, porque el espíritu de Casa Garrahan está lejos de ser el hospedaje de madres e hijos que vienen al hospital por largos y serios tratamientos médicos. Es un hogar con todas las letras. Y quienes lo habitan entrelazan sus historias, sus costumbres, sus tristezas y la esperanza de un futuro donde abunde la salud. Se inventa una nueva gran familia y cada rincón se conquista día a día.

El pequeño niño, absorto en su mundo de lápices y papeles, casi sin saberlo me hizo comprender dónde estaba parada. Le inventé un nombre para no olvidarlo y pasé como una sombra por su lado. Fue lo correcto: ¿a quién le gustaría que un desconocido pasee por su casa y descubra ese mundo tan íntimo?

Vale la pena

De acuerdo a las estadísticas, el porcentaje más alto de los niños que se alojan en Casa Garrahan son de la provincia de Buenos Aires (de localidades ubicadas a más de 100 km de la capital), luego siguen chicos provenientes de Misiones, de Santiago del Estero, de Formosa y, en quinto lugar, de Santa Fe.

Este espacio que se parece mucho a un hogar y desde el cual los niños encuentran renovadas fuerzas para recuperarse de enfermedades que exigen algo más que atención médica especializada, debe ser conocido por todos porque necesita nuestro respeto, tanto como nuestra ayuda.

Si bien muchas veces la sociedad asume responsabilidades que debería garantizar el Estado, porque la salud es por sobre todas las cosas un derecho, la solidaridad nos caracteriza a los argentinos. Quizá porque estamos acostumbrados a las crisis y a los tragos amargos. Como sea, vale la pena el trabajo de la Fundación Garrahan y vale la pena ayudar porque no debe haber nada más importante en la vida que la salud de nuestros hijos.

Cuenta el Ing. O’Donnell que el alma de la casa son las voluntarias, que acompañan a las familias, les prestan oído y se transforman en una mano amiga. También hay un grupo de asistentes sociales que están junto a las mamás para ayudarlas a organizarse, a resolver inconvenientes, a seguir mirando para delante y peleando por la vida de sus hijos.

ser solidario es saludable

La Casa Garrahan se sostiene, desde su inauguración en el año 1997, únicamente por aportes solidarios. Cada una de sus cuarenta y seis habitaciones puede ser apadrinada por alguna empresa o particular que apueste a este proyecto.

Desde septiembre de 1999, la Fundación lleva a cabo el programa de reciclado, a través del cual ya se recolectaron más de 27.700 toneladas de papel con la ayuda de empresas, escuelas y otras instituciones. La venta del material reunido genera un ingreso que ayuda a sostener, entre otras necesidades, la Casa Garrahan.

A fines de este año, la Fundación fue por más y sumó a la campaña “El papel no es basura”, el reciclado de plástico, por lo que invita a toda la comunidad a aportar a la recolección de tapitas de gaseosas y agua mineral.

Durante la charla con Nosotros, el coordinador general de Casa Garrahan, Ing. Juan Ramón O’ Donnell, manifestó en reiteradas oportunidades su agradecimiento, tanto a los vecinos que acercan bolsas con tapitas, como a las grandes empresas que realizan su aporte para sostener este hogar. Comentó, además, que ya se está trabajando en una nueva campaña para reciclar llaves.

PARA SUMAR

Todos los santafesinos que deseen sumar un granito de arena a Casa Garrahan pueden escribir a: casagarrahan@fundaciongarrahan.org.ar, fmade@fundaciongarrahan.org.ar, casa@fundaciongarrahan.org.ar, o llamar al (011) 4308-3106/3731. En la web: www.fundaciongarrahan.org.ar.

Publicado por DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE

Talento joven

Talento joven


EL DESPEGUE. “Va a ser el tercer año que voy a la Escuela de Dibujo que lleva el nombre del profesor Juan Carlos Buhajeruk. A medida que fue transcurriendo el tiempo fui tomando un camino y la caricatura me apasionó. Dibujaba desde chiquito, pero siempre los trabajos de la escuela, sin compromiso, por hobby. Un día mi vieja me sugirió empezar en la Escuela de Dibujo y me interesó. No es lo que tenía pensado, como exponer y todo eso, pero se dio la oportunidad y hoy el dibujo es a lo que más prioridad doy para el futuro”.

LAS TÉCNICAS. “Empecé con las más simples, con lápices en blanco y negro, lápices en color; después seguí con pincel y tinta china, acuarelas, témperas, algo de acrílico. Pero la que más me gusta es la acuarela. El dibujo de Joan Manuel Serrat es en tinta china, y el fondo y cuerpo en témpera. El de Jorge Luis Borges es el que más técnicas tiene: fondo en acrílico, la cara en tinta china, cabello y cuerpo en témpera y parte de la ropa en tinta china. Joaquín Sabina está hecho en lápiz acuarela pero sin pasar por el pincel. Moria Casán, en tinta china. El último que hice fue el de Jim Carrey”.

¿A QUIÉN DIBUJAR? “Uno busca lo que más fácil le resulta para hacer y es más fácil de reconocer para la gente. Entonces, trata de observar si el personaje tiene mentón grande o es narigón, y dibuja ese rasgo. Lo que más me gusta es lo que está ligado al fútbol o deporte en general, y también músicos y actores. Me pasó que a alguno de los personajes que dibujé no lo reconocieron, sobre todo los primeros cuando la mano estaba un poco dura todavía. Hoy ya los están reconociendo bastante. El año pasado tuve la oportunidad de conocer a quien creo que es el mejor caricaturista argentino, Luis Ordoñez. Él dijo: “que la gente pueda reconocer el dibujo de uno, que reconozca al personaje y a quién lo hizo por el estilo es la mayor satisfacción para un dibujante’ “.

UN ESPACIO PROPIO. “Al principio hacía los trabajos en la Escuela de Dibujo adonde voy dos veces por semana, dos horas. El dibujo que más tiempo me llevó fue el de Fabián Gianolla, en lápiz común pero con 8 a 10 tramas. Estuve cuatro meses haciéndolo. Hace poco me empecé a animar a trabajar de manera más independiente, con acuarela. Los compañeros de la escuela se ríen conmigo de ésto y me alientan; los más chiquitos también. Me los cruzo por los pasillos del colegio y siempre me comentan algo de mis dibujos. Hace dos años hice a todos los profesores de la escuela, así que ya conocen mi trabajo”.

LA EXPOSICIÓN. “El año pasado mostré algunos trabajos en la escuela y al profesor Manuel Canale le interesó darle el lugar al arte. La verdad es que se movió muchísimo y estuvo organizando todo desde entonces. Por ahora la muestra está hecha con dibujos míos y está pensado darle espacio a la Escuela de Recuperación (Nº 1377), que funciona en el mismo edificio. Está bueno que de a poco todos se vayan animando a mostrar lo que hacen”

EL FUTURO. “Desistí un poco de la idea de periodismo deportivo, pero me sigue gustando el dibujo vinculado al deporte. Mi proyecto es mantener las caricaturas, dar clases en la Escuela de Dibujo y aplicar estas técnicas a los temas que más me gustan. Pero no quiero ligarme sólo a ésto sino también tener una carrera”.

PERFILES

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. AMANCIO ALEM

BRUNO CUSCHIE



Con 18 años quiere abrazar el dibujo para el futuro, ligándolo a otra de sus pasiones: el deporte.

ASI SOY YO

DE LA SALLE

Bruno Cuschie nació en Santa Fe y desde los 4 años es alumno del Colegio La Salle Jobson, tal como lo fueron su hermano y su papá. “Siempre traté de darle todo lo que pude al colegio, ya sea con los dibujos o en las Olimpíadas de Filosofía y de Historia, Jornadas de Debate, etc”.

LA FAMILIA

“Mi familia está formada por mi papá Hugo, mi mamá Rosana y mi hermano Tomás. A ellos les agradezco que me apoyen un montón, igual que el profesor Manuel Canale que se movió muchísimo para armar la exposición y a mi profesor Juan Carlos Buhajeruk de la Escuela de Dibujo, que me exige bastante. Aunque el esfuerzo está dando sus frutos”.

Publicado por DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE

martes, 2 de diciembre de 2008

LA LISTA DE ESPERA

La lista de espera


Un artículo sobre transplantes de órganos de la Dra. Diana Cohen Agrest, directora del "Diplomado Universitario en Bioética" (a distancia).

Por Diana Cohen Agrest

IntraMed

Un tiempo atrás, una nota publicada por La Nacion tuvo como protagonista a Eduardo Plá, un paciente renal en tratamiento de diálisis, quien desde hace 11 años aguarda un riñón y Eduardo es, en rigor de verdad, uno más entre 5432 personas inscriptas en lista de espera para recibir un órgano en el INCUCAI. Lo cierto es que conviven millones de Eduardos en el mundo, aun cuando cada historia es tan única, tan intransferible como la vida misma.

El obstáculo insalvable es que los órganos vitales constituyen un recurso escaso, y por el momento no sustituible por dispositivos biotecnológicos creados por el ingenio humano. A propósito de esta limitación que da lugar a uno de los problemas más preocupantes en el ámbito de la salud pública, un informe publicado por el centro más célebre de estudios bioéticos en los Estados Unidos, The Hastings Center, firmado por J. A. Griffin, comienza interrogándose ¿qué podemos hacer, y qué deberíamos hacer, para contar con mayor cantidad de órganos disponibles?

Sin lugar a dudas, algunas estrategias -en particular, la venta de órganos por parte de donantes vivos- suelen ser tan efectivas como éticamente intolerables. Hecha a un lado esa controvertida fuente de provisión cuyo emergente globalizado es el llamado “turismo de transplante”, donde los ciudadanos de países ricos se trasladan para recibir los órganos de los pobres a cambio a veces de unos pocos cientos de dólares, la causa de la escasez y de la tasa lenta de crecimiento de órganos a disposición es obvia: la mayoría de los órganos provienen de donantes cadavéricos, por lo general jóvenes saludables que sufren un accidente automotor, que son trasladados inmediatamente a hospitales donde son declarados muertos mientras son asistidos con el respirador, recurso biotecnológico que mantiene en funcionamiento al sistema circulatorio y asegura que los órganos continúen recibiendo oxígeno. Sin embargo, este modelo se aplica en menos del uno por ciento de los casos, porque la mayoría de la gente no muere en esas condiciones, circunstancia que hace que la diferencia entre los donantes y los receptores a nivel mundial sea un desafío constante para idear nuevas estrategias para disponer de órganos.

Uno de los obstáculos entre los miembros de la familia que deben dar el consentimiento final para que se efectivice la donación, es cierta falta de confianza en el sistema médico: la gente no comprende el proceso de procuración de órganos. Uno de los equívocos en el que se incurre remite al carácter arbitrario y meramente estipulativo de la definición de muerte. Basada en la irreversibilidad del daño cerebral y enunciada por el Comité de Harvard en 1968 con el fin de reemplazar a la tradicional cardiorrespiratoria, fue la expresión de la necesidad de inaugurar las condiciones legales que permitieran la ablación y posterior transplante de órganos. En rigor de verdad, el donante cadavérico debe ser declarado muerto según el criterio neurológico -lo que popularmente se denomina “muerte cerebral”-. No obstante, dado que el donante debe ser mantenido en el respirador para que el sistema circulatorio continúe en funcionamiento, la persona puede parecer viva aunque inconsciente, confundiéndose su estado con el de un coma, y creyéndose erróneamente que la recuperación es posible. A la gente le cuesta creer que un individuo que puede respirar sea un muerto cerebral. En este equívoco no sólo cae el lego, sino incluso los jueces que deben decidir una vez que un caso se judicializa.

En otro orden de razones, los familiares suelen mostrar un rechazo visceral a un imaginario colectivo que todavía ve en la remoción de un órgano una forma de mutilación, temiendo que la ablación desfigure el cuerpo, cuando en verdad el procedimiento no es más detectable que una apendectomía.

Confrontados con estas circunstancias arraigadas en una cultura que, con toda razón, se resiste a lo que no comprende, se han propuesto nuevas estrategias. Con el fin de incrementar la donación directa entre personas vivas, el informe da cuenta de la implementación de un programa que atiende a las parejas, en lugar de a los individuos: si un cónyuge tiene una falla renal y su pareja no es biológicamente compatible, la solución consiste en buscar otra pareja de manera tal que el cónyuge sano de la primera pareja done un riñón simultáneamente al cónyuge enfermo de la otra pareja, y viceversa. Es claro que este procedimiento, tan exitoso como complejo en su implementación, por sí mismo no es suficiente para satisfacer las necesidades reales.

Otra propuesta consiste en ser miembro de una especie de club, donde aquel que se haya sido inscripto como donante potencial tenga prioridad en la lista de espera en relación con quien no se haya inscripto. Este enfoque parecería a primera vista bastante justo: ¿por qué aquellos que no han aceptado ser donantes van a beneficiarse de la generosidad de otros? Sin embargo, se alega que una vez que abandonamos el criterio clínico, nos deslizamos por una pendiente resbaladiza donde se premia a la gente por sus méritos. Pero lo cierto es que la gente puede negarse a donar un órgano y en su lugar hacer contribuciones a la sociedad tan meritorias como la donación de un órgano. En cualquier caso, fundamos la donación en una política culpabilizadora y, lo que es peor, en caso de que se enfermaran estaríamos imponiéndoles una sentencia de muerte.


Estos y otros tipos de conflictos médicos y éticos hacen de los programas basados en incentivos un camino casi imposible de implementar. Pero no toda esperanza está perdida: en nuestro país, si bien la ley de consentimiento presunto establece que todo individuo es donante cadavérico salvo que haya expresado su deseo de no serlo, es la familia la que tiene la última palabra. Y numerosos estudios internacionales muestran que un factor relevante en la decisión de la familia para donar es su satisfacción con la calidad de la atención que su familiar fallecido recibió durante sus últimos momentos: una mejor atención del equipo médico significa una mayor confianza en el sistema y una mayor confianza en el sistema conduce a una actitud receptiva cuando se solicita la donación. También se sabe que cuando el equipo de transplante (que no es aquel que atendió al paciente en su agonía) se encuentra presente en el hospital, sus miembros pueden desarrollar una relación con la familia del donante que eleva el índice de donaciones.

Según el mismo informe, hasta se están ensayando programas donde las madres de donantes ayudan emocionalmente a los familiares de quien no tiene esperanza de recuperarse: simplemente acercan una taza de café, una toalla y un jabón, una tarjeta de teléfono, gestos que se tornan oportunidades para que inauguren una escucha activa y una palabra autorizada de quien ha estado antes en esa misma situación. Estas medidas aparentemente intrascendentes pueden elevar las tasas de donación al 90 por ciento.

Finalmente, se ha comprobado que las familias que toman la decisión de donar tienden a sobrellevar su dolor mejor que aquellos que no lo hacen, y una abrumadora mayoría (el 94 por ciento, según el informe) se sienten luego satisfechos con su decisión, lo que significa que no solo beneficia a los receptores sino a los familiares del donante igualmente.

Es cierto que todos estos recursos resuenan muy distantes de nuestra cotidianeidad. Pero también es cierto que, sólo informándonos, seremos capaces de abordar los problemas bioéticos en una reflexión dirigida por un juicio prudencial y en vistas a construir una sociedad más solidaria.


Diana Cohen Agrest




Doctora en Filosofía (UBA). Magíster en Bioética, Monash University, Australia. Docente e Investigadora de la carrera de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Becaria del Kennedy Institute of Ethics, Georgetown. Autora de Por mano propia. Estudio sobre las prácticas suicidas; Fondo de Cultura Económica, 2007; Inteligencia ética para la vida cotidiana, Sudamericana, 2006; Temas de bioética para inquietos morales, Ediciones del Signo. 2004 y de El suicidio: deseo imposible. O de la paradoja de la muerte voluntaria en la filosofía de Baruj Spinoza. Ediciones del Signo, 2003. Coordinadora editorial de Perspectivas Bioéticas (FLACSO). Editora de Dilemas éticos en pediatría: un estudio de casos, de Edwin N. Forman y Rosalind Ekman Ladd, Buenos Aires, Paidós, 1998. Ha publicado numerosos artículos en medios periodísticos, en revistas especializadas y en antologías nacionales y extranjeras.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

CENTRO CULTURAL MUNICIPAL DE AVELLANEDA

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CLARA CHILCANO

CLARA CHILCANO, MUJER DESTACADA DEL AÑO


Escrito por Nancy Suárez

martes, 25 de noviembre de 2008

PUBLICADO EN http://www.radioideal.com.ar/



Es dirigente Mocoví y fue propuesta por el diputado nacional Pablo Zancada para esta nominación que fue aceptada por unanimidad en la comisión familia. El reconocimiento fue este lunes a las 18 en el Salón de conferencias “Delia Parodi” del Honorable Congreso de la Nación.



La Dirigente Mocoví, Clara Chilcano, luchadora incansable por los derechos de Los Pueblos Originarios, integrante de OCASTAFE y de otras organizaciones a nivel Provincial y Nacional. con una trayectoria coherente, de profunda convicción y valores por sus hermanos Mocovies, ha sido propuesta, por el Diputado Nacional Pablo Zancada, al Congreso de La Nación, como MUJER DESTACADA del año.



La fundamentación presentada por el Legislador, ha sido aceptada por la Comisión de Familia, por unanimidad.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Libertad Lamarque

El centenario de Libertad Lamarque, con sus films


La primera diva del cine local cumpliría cien años



Hoy, hace cien años nacía Libertad Lamarque, una de las más populares actrices y cantantes de nuestro medio, y para recordarla el Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken realiza en el Colegio Público de Abogados, Corrientes 1441, un ciclo de sus más importantes producciones que finalizará el próximo miércoles con la proyección de La dama del velo , de Alfredo B. Crevenna, uno de sus films menos conocidos por el público porteño.




Libertad Lamarque, fallecida el 12 de diciembre de 2000, en México, sumó a su temperamento y a su emotividad la posibilidad de abrir fronteras y conquistar mercados para la cinematografía argentina en toda América latina. Nacida en Rosario, comenzó su carrera profesional a los siete años y durante ocho décadas fue figura del sello Víctor, para quien grabó su primer disco en 1926. Protagonizó ¡Tango! , la primera película sonora nacional, estrenada en 1933, y participó posteriormente en numerosos films que la convirtieron en un ícono indiscutible dentro de las más populares figuras de nuestro medio. Radicada en México, rodó allí numerosas películas y actuó en televisión y en radio.



Con Libertad Lamarque desapareció una de las más rutilantes estrellas y hoy, al recordar el centenario de su nacimiento, queda indeleble su imagen a través de sus labores en el cine, en el teatro y en la televisión, así como su voz, que se reproduce en decenas de discos que mantienen sin olvido su indiscutible personalidad.



Adolfo C. Martínez

Publicado en diario LA NACION

viernes, 21 de noviembre de 2008

Dia de la Flor Nacional - "El Ceibo"

22 de Noviembre


Día de la Flor Nacional

"El Ceibo"






La flor de ceibo, también denominada seibo, seíbo o bucaré, fue declarada flor nacional argentina por Decreto del Poder Ejecutivo de la Nación Nº 138474/42 (23 de diciembre de 1942). Es un árbol originario de América, especialmente de Argentina (zona del litoral), Uruguay (donde también es flor nacional), Brasil y Paraguay. Crece en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, pero también se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas. Pertenece a la familia de las leguminosas. No es un árbol muy alto y tiene un follaje caduco de intenso color verde. Sus flores son grandes y de un rojo carmín. Su tronco es retorcido. Sus raíces son sólidas y se afirman al suelo contrarrestando la erosión que provocan las aguas. Su madera, blanca amarillenta y muy blanda, se utiliza para fabricar algunos artículos de peso reducido. Sus flores se utilizan para teñir telas.



"Yo tengo mis recuerdos asidos a tus hojas

yo te amo como se ama la sombra del hogar,

risueño compañero del alba de mi vida,

oh ceibo esplendoroso del regio Paraná..."

(Rafael Obligado)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

PARA LOS FACHOS QUE TRABAJAN EN OTRA COSA

Para los fachos que trabajan de otra cosa


Apuntes sobre algunas recientes campañas de prensa, sus estereotipos y cómo unos miran a los otros.

Por Jorge Pinedo *

No lo saben, pero lo hacen



Karl Marx, El Capital, cap I.



En cuanto bajaron de los barcos, en el siglo XVI, los conquistadores españoles no demoraron en tildar a los pueblos originarios que habitaban el continente americano de salvajes, impíos, promiscuos, en fin, multitud de calificativos. Lo que en la actualidad se denominaría autobombo, versión autorreferencial de una campaña de prensa casera. Ignoraban, entre tantas otras cosas, que con aquellos epítetos, por oposición, se estaban definiendo a sí mismos como adalides de la civilización, portadores de la verdadera fe, defensores de la auténtica moral, en ese orden. Nada muy diferente del discurso de los dictadores cuando hablaban de subversivos, apátridas, ateos, marxistas, etc., que los colocaba como representantes de la legalidad, patriotas, defensores de la única fe, fascistas, neoliberales; es decir lo que resume el eslogan occidental & cristiano y lo que la historia se encargó de demostrar. Magia berreta de los antónimos que el pensamiento riguroso hace herramienta de conocimiento al definir enunciado y enunciación. Algo así como “dime lo que dices del otro y descubrirás tu alma”. Como los toscos invasores de hace cinco siglos o la torpe milicada reciente, no es improbable que quien se lance a calificar con tamaña vehemencia ignore hasta qué punto se desnuda el propio pensamiento. Inconsciencia que en absoluto releva la responsabilidad.



Con ribetes nada trágicos, la herramienta supo ser aplicada a partir de los ’70 para analizar las telenovelas que, en su pretensión realista, mostraban cómo un sector social (la pequeñoburguesía que proveía de guionistas) veía a las restantes clases. De tal modo, una supuesta aristocracia estaba poblada por señores de corbata y batas de seda tomando whisky, los trabajadores eran pobres pero honrados, los malvivientes tenían pinta de tangueros y los intelectuales nunca zafaban de la polera negra y el aire tuberculoso. Caricaturas al fin, pero didácticas a la hora de describir un espectro cultural en épocas donde no era preciso parecer políticamente correcto y Alberto Migré fundaba entrañables estereotipos.



En estos tiempos de espectro social descuajeringado y batallones de escribas detrás de cada tira televisiva, la impronta ideológica resulta más transparente en los contenidos de la publicidad. Como los taxistas y remiseros en su mayoría expulsados de la producción formal, el gremio de los creativos publicitarios (como los periodistas, odontólogos y telemarketers) obtiene personal proveniente de los sectores aledaños a la clase media para reunirlos en una suerte de etnia transitoria ritualizada en el consumo fashion, convencida de que crean tendencia. Si bien hay piezas publicitarias que rozan –hay que reconocerlo– la obra artística, buena parte son al menos ingeniosas. No en vano la publicidad argentina está caracterizada como una de las más creativas del mundo... por los propios publicitarios. Sin restarle eficacia, talento y hasta belleza, muchas si no todas de estas piezas muestran en sus contenidos la hilacha ideológica. No exclusivamente del equipo creativo que las produjo, pero sí de una franja de la sociedad que tanto le da cabida como la legitima en forma acrítica. Colectivo social formado durante el menemismo (en tanto materialización de los ideales de la dictadura) y regado por el neoliberalismo, acaso sin saberlo transmite pautas, criterios, modelos. Pues la publicidad se desempeña, al menos, en dos planos. Por un lado está su producción manifiesta: la pieza publicitaria, el comercial como materialidad con su factura técnica, su argumento, su estética, soporte y eventual eficacia; su producto, destinado a ser objeto de intercambio en el mercado. Por otro emerge lo que reproduce: el universo ideológico en el que conjunto está inmerso, la idea que los productores tienen de sí mismos y de su relación con el mundo. Repasemos algunos botones de muestra.



Dentro de lo más light en pantalla, el comercial “Invisible” del Peugeot 307 (de la agencia multinacional RSCG) hace uso tanto de la última tecnología como de un dispositivo neurótico tendiente a ahuyentar el displacer. Los resultados son deslumbrantes. De la escena callejera se esfuman todos los medios de transporte, a excepción del auto que promocionan, con lo cual éste resume el conjunto de posibilidades de lo estético, ligado a lo placentero. Quitar lo que sobra y agregar lo que falta es la premisa que se agazapa como regla para lo cotidiano. Recorte de la realidad que niega una parte y ensalza otra, en forma semejante –salvando las abismales distancias– a cuando el dictador tucumano Antonio Domingo Bussi dispuso arrojar a los menesterosos fuera de las fronteras provinciales. Ni por asomo puede endilgarse a los creativos de RSCG ni a la marca francesa semejantes intenciones, muy por el contrario. Por los medios a su alcance resultan meros transmisores de un esquema que les antecede y dentro del cual habitan. La invisibilización cobra otra significancia en una cultura que sostiene semejante política con las minorías.



Menos naïf, más explícito es el comercial –hasta hace muy poco en el aire– concebido por la agencia Vegaolmosponce para el agua Eco de los Andes. Un trío de alegres ancianos –juventones, diría Gombrowicz– despliega envidiable vigor al trotar por escarpadas sierras. En un recodo divisan un auto detenido, descompuesto, con su joven conductor oteando por ayuda mientras en el interior se insinúa una figura presuntamente femenina, estática. Los viejitos se miran entre sí, toman ramas del suelo a modo de bastones y pasan simulando achaques junto al coche detenido, sin prestarle auxilio, claro. Una vez traspuesto el campo visual del joven conductor en problemas, los veteranos arrojan sus bastones y, entre risitas de burla, continúan con el footing. Paradigma de todo lo opuesto a la solidaridad, miserable sorna hacia el caído, apología de la más ventajera viveza criolla –en sentido borgeano–, hace de la impostura, cátedra. En tanto anécdota, rebasa el plausible juicio moral individual para legalizar en el foro unidireccional mediático una conducta. Relicto de esa porción de la estética menemista según la cual el individuo se eleva forzando el descenso del semejante, logra la proeza de hacer triunfar en lo catódico lo que los genocidas perdieron en lo político.



El grotesco es un género que se mofa de sí mismo sin desmentir lo que propone. Acaso en tal renglón pueda inscribirse el tríptico realizado por la agencia BBDO Argentina para la bebida energizante Gatorade. El esquema se reitera en los tres comerciales que se emiten en forma alterna por la TV abierta bajo un eslogan que se hace consigna política al articularse con las imágenes: “Para los jugadores de fútbol que trabajan de otra cosa”. Muestran, respectivamente, un tiernísimo maestro de jardín de infantes cantándoles a los niñitos, un adusto médico conferencista, un psicólogo aconsejando a una pareja. Intercalado a estas escenas, los tres varones argentinos participan de un sanguinario partido de fútbol. Trampean, roban pelotas, agreden, pegan, destruyen objetos, niegan sus faltas, ventajean a sus propios compañeros de equipo, discuten al árbitro lo indiscutible: un catálogo del doble discurso, tan caro a la corporación política vernácula. Sumado a un individualismo sin fisuras, el fútbol (la competencia en general y el deporte en particular, por extensión) es el escenario elegido donde se suspende toda norma de convivencia y pasa a prevalecer la ley del más fuerte. Darwinismo social que despliega la trampa de alojar en el orden natural lo que es arbitrio de la cultura. Más aún: el maestro (el que detenta el saber) cantor frente a sus alumnos, el catedrático de medicina (nada menos que el cuerpo entre la vida y la muerte) ante su público, el psicólogo (depositario de los meandros indecorosos) con sus pacientes, reproducen la posición del amo, y desde ese podio se autorizan a perpetrar estragos aun fuera de sus prácticas específicas, jugando a la pelota. (Luego, al calor del hogar, alguien se rasga las vestiduras parloteando sobre la violencia en las canchas.) Es entonces el lugar de quien detenta el poder omnímodo el que legitima cualquier verdura y, por sobre todo, su condición de amo, patrón, jefe, soberano, jefe, capanga, profesor titular o cabo primero.



Imaginar a la publicidad como un sujeto parado en un lugar de la corteza de este canino planeta en un tiempo determinado opera al modo de espejo, a veces deformante, algo opaco –es cierto–, que no refleja a nadie en lo personal pero sí a un conjunto en particular. Ejercicio que hace de la simple visión una mirada, fortifica el vapuleado músculo de la libertad, indispensable a fin de evitar deglutir sin al menos masticar los pucheros de sapo que tan apetitosos parecen detrás de cada vidriera.



* Antropólogo, psicoanalista, UBA.





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Enviado por Susana Ilari

martes, 18 de noviembre de 2008

Jesus Olmedo en Reconquista

Jesús Olmedo en Reconquista


La Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos realizó un acto en el Sindicato de Trabajadores Municipales de Reconquista para escuchar al Padre Jesús Olmedo, párroco de La Quiaca (Jujuy), quien presentó su último libro titulado “Orientación Social desde una Ética Mundial”. En este trabajo, encara los problemas que afectan a la humanidad hoy, de los que si no se sale con el diálogo el planeta no tiene destino para los millones de excluídos.



Olmedo, Premio Internacional Luchador Destacado por los Derechos Humanos 2002 (España) es autor de 10 libros, entre los que se destacan “Una cruz en la Puna”, “La cultura del silencio”, “Puna, zafra, socavón”, “El Perro Santillán-Diálogo”, “10 años de luchas sociales en Jujuy”.


La organización norteña de Derechos Humanos le entregó su distinción “Memoria y Compromiso”. El encuentro finalizó con canciones.


Por la tarde el sacerdote había participado de un encuentro con dirigentes sociales en el barrio Velódromo de la ciudad.


GENTILEZA DE RAUL BORSATTI

lunes, 17 de noviembre de 2008

LA MONA DE SEDA

CULTURA

La mona de seda





Regina Monasterolo. La ex guitarrista de Suburbano ha regresado a los escenarios con una nueva propuesta, desarrollándose como solista y poniéndole voz a sus canciones. La "Mona", como se la conoce en el ámbito rockero santafesino, profundiza en un camino lleno de poesía y sutiles melodías. textos de Ignacio Andrés Amarillo.

En "el ambiente" (¿que expresión complicada, no?) referirse a "la Mona" tiene dos significados posibles. Puede que quien lo pronuncie se esté refiriendo a Eugenio Jauchen, guitarrista de Levitar y veterano de varias bandas que animaron la movida santafesina. Pero está la otra opción: que quiera contarnos algo sobre Regina Monasterolo, aquella atípica guitarrista de Suburbano, que ahora redobla su apuesta artística.

Lo que sucede es que en la última Bienal de Arte Joven de la Universidad Nacional del Litoral hizo su presentación ante el gran público -ya había habido un debut más íntimo- su nuevo formato musical, bautizado simplemente Regina. En definitiva, se trata de un proyecto solista, sostenido por músicos venidos, en su mayoría, de Suburbano, en los que la pequeña artista (en tamaño, no malinterpreten) le pone su voz a sus tranquilas canciones.

Con toda esta introducción, ¿no les parece que se justifica iniciar la charla con la artista? Bienvenidos al planeta Monasterolo.



¿Cómo le contarías al oyente desprevenido en qué consiste este nuevo proyecto?

Es una forma de decir "nuevo proyecto", porque es así cómo se ve externamente, pero esto viene desde adentro, hace mucho, quizás desde que ni era conciente de ello. Lo extraordinario de descubrir la manera de expresar ideas, de moverse a través de una melodía, de emocionarse al oír un acorde, es sólo el medio, el hermoso medio musical... Y este proyecto de canciones, de guitarra acústica, queriendo volver a la naturalidad de las emociones sesentonas, trataría de llegar a ser uno de los tantos fines.

¿Qué cosas no podías hacer con Suburbano que sí podes como Regina?

Suburbano es mi motor, me ayudó a crecer, a conocer, me dio muchas cosas que ahora me dan la fuerza para arrancar de nuevo. Es verdad que ahora hay más libertad: Suburbano era una banda, un grupo de amigos donde no siempre se está de acuerdo, y uno aprende a aceptar y comprender lo que quiere reflejar el otro y fusionarlo.

Ahora son temas que salen de una sola mente, y esa mente pelea continuamente por buscar alguna verdad, día tras día, acumulando historias, asimilándolas para luego expandirlas en notas.

¿Cómo es tu proceso a la hora de escribir una canción?

La verdad es que no llevo un proceso, tan sólo vivo la espontaneidad de los actos, y que no parezca poco ese repliegue de momentos; hasta que llega la inspiradora lluvia... extraña y divina relación mantenemos.



Bien acompañada





¿Cómo elegiste a los músicos que te acompañan? ¿Cómo los convenciste de sumarse a tus ideas?



Los músicos que me acompañan son los que siempre estuvieron al lado en este camino. De mis amigos Suburbanos está Fernando Weder en teclados e Iván Wolkowicz en el bajo. En la primera fecha que tuve como Regina, el 1º de diciembre del año pasado, se había sumado al trío un ex compañero de banda también, Guillermo Mártirez, en batería. Para la segunda fecha, que tuvo lugar en la 8va. Bienal de Arte Joven, llamé a una amiga de mi infancia, Natalia Paolantonio, que endulzó las canciones con arreglos para flauta traversa.

A nadie hubo que convencer, todos fueron invitados con el alma, y todos con la suya interpretaron mis canciones.

¿Qué respuesta tenés del público?

En este momento del camino el público son mis amigos, mi familia por empezar; también hubo gente que se acercó a darme sus críticas constructivas, que me ayudaron a fortalecer detalles escondidos en el desarrollo de las canciones. Las respuestas -tanto del público expectante del show, como de los que escucharon un adelanto de las grabaciones- fueron muy positivas, optimistas, y siempre haciéndome saber que están a la espera de algo más; es lo lindo del arte, que el trabajo nunca termina, siempre hay cosas por decir.

¿Qué esperas lograr con esta nueva iniciativa?

Uno siempre espera lograr infinidad de cosas cada vez que se propone algo, y es un problema cuando no encaja en la realidad. Tengo una iniciativa, basada en un proyecto; hoy estoy respondiendo estas preguntas, ya es un paso. El día a día te va marcando una dirección, queriendo quizás alcanzar una meta, pero lo hermoso es el camino a recorrer. Si llegás a alcanzar el tan ansiado propósito, inmediatamente te vas a buscar otro, y ahí se empieza de nuevo.



Pequeños fragmentos de la vida





¿Qué se viene para el futuro?



Hablando de un futuro cercano, estaré terminando mi EP, "Encuentro de pichones en el aire", que contiene cinco de mis canciones, diferentes en tiempo y espacio. Y, como el nombre lo dice, pequeños fragmentos de la vida encontrados al azar, o buscados entre sí, quién sabe...

También vendrán más presentaciones, que es en donde la música se hace contagiosa, te envuelve, y nos hacemos uno... impagable.

¿Con quién te gustaría compartir escenario?

íQué pregunta! Es tan amplia que me transporta a muchos lugares y épocas; si hasta me da vergüenza dar nombres... Pero yo creo que siempre será un extraño placer el hecho de compartir escenario. Puede haber una sola mirada que sea tan permeable que te haga sentir al otro más que a uno mismo, o al revés.

¿Cómo ves la escena del rock local?

Yo veo en Santa Fe muchos músicos, y también muchos artistas musicales, la diferencia la ve cada uno. Hay veces que es más difícil entender que otras, pero sé que dentro de las posibilidades que tenemos en la ciudad, cada banda, cada talento, logra a su manera desplegar sus colores. Y es como todo: las ideas agrupan gente o las separa, pero aún así existe un compañerismo -tanto real como simulado- que ayuda a que los eventos se organicen y desarrollen armoniosamente. Con excepciones, como todo.



Escrito en canciones



Dos letras de Regina




•"El viento"


Dime lo que pensás, dime lo que callás


Dime lo que soñás, dime lo que vendrá


Cuando el viento sople al mar


Dime si el viento soplará...


Veo gente jugar, veo reir y llorar.


Veo gente buscar, sin saber que vendrá


Cuando el viento sople al mar


Dime si el viento soplará...


Y camino sola, en esta ciudad


No quedará lugar, que mendigar


Cuando el viento sople al mar.


El viento nos llegará.


Pienso que es verdad, hay que saber amar


Todo lo llevaré, y cuanto más querré.


Cuando el viento sople mi mar


Yo sé que el viento me llevará.


•"Señal"Detrás de la ventana que...
me observa sin verme crecer.
Sentada en mi oscuridad,
la luz no puede llegar.
Y el tiempo no da señal.
Detrás de la ventana que...
me habla y no sé por qué.
Me acompañará,
o irá a otro lugar.
Y el tiempo como trenes va.
Detrás de la ventana que...
el día va nublándose.
No puedo ver bien,
 qué es lo que debo hacer
Si la lluvia comienza a crecer.
Bailan las cortinas,
en vaivenes de osadía.
Tiembla mi cuerpo,
soportando este tiempo
Que va...
Detrás de la ventana que...
nada me muestra esta vez.
Sin voz, ni luz, nadie espiando aún
Esperaré al tiempo, la señal.

Hilario Ascasubi

Hilario Ascasubi




Hilario Ascasubi, cuya vida errabunda tiene mucho de novela y de poema a la vez, nació en una carreta, estando su madre de viaje, el 14 de enero de 1807 en la localidad de Fraile Muerto, luego de Bell Ville, Provincia de Córdoba. Era hijo del comerciante español don Mariano Ascasubi y de doña Loreta de Elía, argentina.



Ingenioso y andariego desde la adolescencia, viaja infatigablemente a través de su patria, América y Europa. Ejerce los más diversos oficios. En 1824 y 1825 trabaja como impresor en Salta, siendo el gobernador el general Arenales. Participa en la guerra contra el Brasil y en nuestras contiendas civiles, a las órdenes de Lamadrid y Lavalle. Rosas lo manda poner preso durante largos meses. En 1832 se evade a Montevideo, desafiando cantidad de riesgos.



Permanece en la vecina orilla veinte años. Se descubre panadero y fabricando pan amasa una sólida fortuna, que le permite mostrarse generoso con tantos compatriotas en desgracia y contribuir a costear las expediciones de los generales unitarios. Ascasubi, que ya cultivaba en suela argentino las letras, afirma sus grandes cualidades de poeta gauchesco. En 1846 da a conocer su Paulino Lucero, muy bien recibido por la crítica. Al pronunciarse Urquiza contra Rosas, se incorpora al Ejército Grande, como ayudante de campo y luego edecán del general entrerriano, quien lo asciende a coronel despupes de la batalla de Caseros. Ascasubi no solo pelea en esa campaña espada en mano; empuña, también la pluma festiva y gauchesca para animar y entretener a los soldados; obtiene rotundo éxito.



Cuando Buenos Aires se separa de la Confederación, Ascasubi ataca en verso a Urquiza. Desde 1860 hasta su muerte vive alternativamente en Buenos Aires y Europa, principalmente en París, donde ejerce fabtásticas profesiones y entra en amistosa relación con celebridades de la literatura y política, sin perjuicio de alimentar una activa correspondencia con figuras de primer plano en el Plata. En 1846 lleva desde nuestras orillas a Francia un sauce llorón y, cumpliendo con el voto expresado por Musset, lo coloca en el cementerio donde reposan los restos del insigne poeta europeo.



En 1871 se ausenta de nuevo a París. Allí se dedica a preparar la edición de sus obras, terminando y completando para ello la más orgánica y valiosa de sus producciones, el Santos Vega, o Los Mellizos en Flor, publicado en 1851. Cronológicamente hablando, Ascasubi es el primero de nuestros grandes poetas gauchescos y su labor escrita abre luminoso camino al bellísimo Fausto, de Estanislao del Campo y al poema cúmbre en el género, el Martín Fierro, de José Hernández. Destaca sus poemas La Escuchetada y Isidora, la generala y mazorquera.



LAs obras completas de Ascasubi aparecen en 1872 coleccionadas por el autor en 3 volúmenes. Poco después retorna a la patria, falleciendo en la capital el 17 de noviembre de 1875.

LA ENCUHETADA






Hoy hará una trasnochada

apretando el imprentero,

y allá al rayar el lucero

piensa acabar mi versada.



Siendo ansí, a la madrugada

le echaré en la población;

pero antes hago intención

(se lo alvierto por si acaso)

de ir a pegarle un albazo

llevándosela, patrón.



Por ahora voy a largar

solamente el primer trozo,

y hay otro más cosquilloso,

que después le he de atracar

hasta hacerlo corcoviar

a ese conde Palmetón;

y le asiguro, patrón,

que no desprecio a otro inglés,

más que a ese maula, y después

a otro de un zaíno rabón.



Conque, va sabe, temprano,

mañana al venir el día,

me cuelo en la imprentería

de Hernández el Valenciano,

y me agarro mano a mano

a cimarroniar con él:

y en cuanto acabe el papel

dándomelo, de ahi mesmito,

me guasquiaré, patroncito,

a su casa de tropel.



Verá, señor, con qué esmero

ha pintao la estampería,

que le ha hecho a mi versería

Musiú Lebas, el santero.



¡Ah, francés, lindo!, ansí quiero

pagarle muy rigular;

y ansí tienen que alumbrar

los que pretiendan libritos,

con diez y ocho vintencitos

al tiro y sin culanchear.

Su amigo, Luciano Callejas.

Ver http://comunidad.ciudad.com.ar/ciudadanos/candido/asc.htm

viernes, 14 de noviembre de 2008

EN DEFENSA DE LA VIDA

Adhesión a la marcha “EN DEFENSA DE LA VIDA” realizada en la ciudad de Avellaneda, el Lunes 10 de Noviembre de 2008 encabezada por dos nietos de Antonio Moschén, que junto a Mariano Agustini, fueron salvajemente asesinados hace trece años, por Eduardo Bournissent.


HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS Y FAMILIARES DE MOSCHÉN Y AGUSTINI

HOMENAJE A LAS VICTIMAS Y FAMILIARES

DEL ASESINATO OCURRIDO HACE TRECE AÑOS

EN MANOS DEL DELINCUENTE Eduardo Bournissent

Antonio Moschén Y Mariano Agustini

MARCHA DEL 10/11/08 *En defensa de la vida*

miércoles, 12 de noviembre de 2008

ENZO FRANCESCOLI

1961 - Nace Enzo Francescoli, futbolista uruguayo.

Del sitio http://www.sitioriverplatense.com.ar/enzo.htm



Se llama Enzo Francescoli y nació el 12 de noviembre de 1961 en el barrio de Capurro, en Montevideo, la capital de la República Oriental del Uruguay, país al que siempre le entregó todo futbolisticamente hablando. Hijo de Don Ernesto Francescoli y Olga Uriarte. Ese padre que también sentía el fútbol como una pasión, que hasta llegó a formar parte de las inferiores de Wanderes, pero que por cuestiones de trabajo no pudo seguir. Fiel seguidor de Peñarol, sentimiento que fue heredado por sus tres hijos, Luis Ernesto, Enzo y Pablo.




Enzo comenzó a andar detrás de la pelota en el barrio, y a los 6 años ya jugaba al baby en el Club Cadys Real Junior, a un par de cuadras de su casa. También integraba el equipo del Colegio, el San Francisco de Salles, más conocido como Maturana por el nombre de la calle donde se levantaba sus orígenes. "Jugábamos en la calle" -cuenta hoy Luis Francescoli, médico traumatólogo y padre de 3 niñas-. "A la tarde, después de venir del colegio y de dormir la siesta. Armábamos unos arcos y jugábamos 20 contra 20, no sé, los que estuvieran en ese momento. Y también con chicos de diferentes edades. Mi hermano ya se destacaba, se notaba que le pegaba bien a la pelota".

También recuerda el padre de Enzo: "Un miércoles fuimos al Colegio porque había una entrega de premios. Enzo no había podido ir porque estaba en cama, con bastante fiebre. Le explicamos todo al cura, un hombre de apellido Soviski. El nos tranquilizó. No se hagan problemas, nos dijo, para después agregar: mire, que se cuide bien. Si es necesario, que falte el jueves y el viernes, no hay problema. Lo único importante es que se recupere para el sábado, que tenemos que jugar un partido decisivo. Mi señora no lo podía creer: ¡¿Cómo nos va a decir eso!? ¿Cómo se va a preocupar más por que falte al partido y no le importa si viene al Colegio? Pero fue así, nomas...". Todos empezaban a pedir por Enzo. El apenas tenía 10 años.




Pasó el tiempo, y Enzo necesitaba crecer en su carrera futbolística. Así fue como decidió irse a probar a Peñarol (club de sus amores) y a River Plate de Montevideo. Pero lo rechazaron. "Es muy chiquito, muy flaquito. Que venga el año que viene" fue la respuesta. El tendría revancha, y en un club con el mismo nombre, pero de otro país. Gustavo Raúl Perdomo, tiene hoy 38 años. Dicen sus entrenadores de inferiores, que era tan o más talentoso que Enzo, pero no llegó, como tantos otros que han quedado en el camino. Perdomo fue un hombre clave en esta historia... "Soy amigo de Enzo desde la infancia, porque mis padres se conocen con los de él desde hace mucho tiempo. Con Enzo nos criamos juntos en el barrio y también compartimos nuestra infancia en el club Cadys. Pero yo me fui a Wanderes cuando tenía 11 años y él siguió. Cuando yo estaba en la Cuarta División, fuimos con Wanderes a jugar un partido contra el Liceo Maturana, donde Enzo también jugaba. Yo, en toda la semana, le venía contando al entrenador, que concía a un chico del barrio que era un verdadero fenómeno. Le dije que lo siguiera durante el partido, que lo iba a sorprender. Al final ganamos nosotros 1-0 con un gol mío, pero Enzo la "rompió" y Martiarena lo llevó a Wanderers. no había cumplido 15 años. Tal vez aquel partido fue decisivo, tal vez, pero en realidad yo creo que no, porque Enzo tenía unas ganas locas de jugar en algún club importante y se hubiera ido a probar a Wanderers, por allí estaba yo, su amigo de la infancia". Actualmente, así lo recuerda José María Martiarena: "Ese partido se disputó en el año 1976 y como este chico Enzo había jugado muy bien, yo le dije a Perdomo que lo acompañara al club a mitad de la semana siguiente. Lo llevó el 22 de julio y lo fichamos inmediatamente. Unos días después yo me enteré que él se había ido a probar a River Plate de Montevideo y que le dijeron que volviera un año después porque era muy flaquito. ¡Cómo son las cosas! Porque el entrenador de River era un conocido mío, un tal Peralta. Y si yo me hubiese enterado de eso, no lo habría fichado para no faltarle el respeto. Suerte que no me enteré. Después en las inferiores, a Enzo lo poníamos en cualquier puesto y respondía: de cinco, de ocho, de nueve. nosotros necesitábamos cambiarlo de posición porque éramos un equipo chico y no había suficientes jugadores. La diferencia con el resto se notaba enseguida. El y Perdomo eran dos cracks. Una tarde, jugando con la Cuarta contra Bella Vista, metió un gol de chilena igual al que después le hizo a Polonia".



El Montevideo Wanderers Fútbol Club fue fundado el 15 de agosto de 1902 y su nombre significa "errantes, vagabundos, bohemios". Es un típico club chico uruguayo, donde todo se hace realmente a pulmón. Ahí se puede encontrar a Doña Gloria, "dueña" de la utilería del club... "A Enzo le encantaba la "Pesicola". A mi me daba plata para que yo le comprara. Era un botija muy serio el Enzo. Y muy flaquito, si muy flaquito. Siempre fue así. Los chicos le decían "carretilla". Es porque tenía la cara alargada...". También se puede encontrar a Jorge Barrios, también conocido como "Chifle". Un jugador que nació en Wanderers, y pasó por el Olympiakos de Grecia, Peñarol y la Selección Uruguaya. El cuenta: "Nosotros la teníamos clara. Los técnicos de inferiores como los de Primera nos decían: Ustedes quiten y dénle la pelota a Enzo. Así de sencillo. Ya desde cuarta división se veía que el loco era un jugador que encaraba para adelante y que iba a llegar lejos".


Enzo debutó en la primera el 9 de marzo de 1980, ante Defensor Sporting, como visitante por el Torneo Colombes. El encuentro finalizó con victoria 5 a 0. Así empezaba la historia grande de un grande... Al poco tiempo ya era tapa de los diarios, las noticias decían que River Plate de Buenos Aires ya lo estaba observando para comprarlo, y que el Milan de Italia también...




Las idas y vueltas del pase...



Era 1982 y River necesitaba un recambio de jugadores. Muchas de sus figuras ya habían partido, como era el caso de Alonso, Pasarella, Ramón Díaz, Kempes, entre otros. Así fue como en una cena que tuvo Ernesto Homsani, por ese entonces integrante del Consejo de Fútbol, en Punta del Este, se le acercó el dueño del restaurant y le dice: "Hay un chico en Wanderers que anda muy bien. Le aconsejo que se lo lleve a River. Se llama Enzo Francescoli". Ese fue el primer contacto que tuvo River Plate con Enzo, pero todavía para que comenzaran las negociaciones había que esperar.



Ese '82 para River fue lamentable. Alejado de la lucha por el campeonato, vapuleado en la Copa Libertadores por Peñarol y Flamengo, el equipo no sólo sentía el vacío de dejado por aquellos jugadores, sino que generaba una paupérrima convocatoria. Entonces los dirigentes de Nuñez volvieron a la carga en la búsqueda del flaquito que la "rompía" en Wanderers.



Comenzaron las negociaciones, y luego de muchas idas y venidas, se llegó a un principio de acuerdo: 310.000 dólares limpios para Wanderers, más el 20 por ciento de la diferencia entre el precio de compra y de venta en una futura transferencia a Europa. También River se hacía cargo del 20 por ciento que le correspondía a Enzo y un 10 porcientos a intermediario. El único problema era que River no contaba con todo ese efectivo, por lo cual propuso dar 50.000 dólares en efectivo y el resto en cuotas avaladas por el Banco de Nápoles, con el dinero de la transferencia de Ramón Díaz. Mientras tanto Enzo viajaba a Buenos Aires, y arreglaba su contrato personal sin mayores problemas. De esa forma todo estaba OK. En Wanderers sólo faltaba una Asamblea de Socios, que aparentemente era una formalidad...



En aquella Asamblea no se estaba muy de acuerdo con las el pago en cuotas, y había una gran incertidumbre. Había desconfianza por el cobro de esas cuotas, además se comentaba que el Milan de Italia estaba interesado en Enzo. Todos daban su opión, hasta el mismísimo Enzo: "Yo quiero jugar en River, es una gran oportunidad para mí. Y espero no desaprovecharla. Todos saben el nombre que tiene River internacionalmente. Y yo sé que se trata de un club elegante, cuya hinchada admite únicamente al que sabe jugar, que tiene un estilo definido, que siempre se destaca por su buen fútbol. Por eso me tengo fe. Creo que mi estilo andaría bien en River Plate". A la hora de la votación, luego de dos horas de debate, por 85 votos contra 66 se decidió denegar la venta y pasar a un cuarto intermedio hasta que se modificaran las condiciones de pago y se extendiera por tiempo indefinido el aporte de aquel 20 por ciento por una futura. River accedió a esos pedidos, y se comprometió a liquidar todo el dinero en agosto de 1983. Bajo esas condiciones el jueves 24, se firmó un pre contrato que fue aprobado por una segunda Asamblea. Cuando todo parecía que terminaba, surgió un inconveniente con los avales, y no se podía realizar la venta. Así, luego de varias gestiones, River consiguió nuevos avales y pudo, finalmente el 21 de abril de 1983 concretar la compra de Enzo Francescoli.



La dura llegada...



"Lamentablemente para todos, tantas tratativas quizás magnificaron mis cualidades, por eso espero no defraudar a nadie. Tan sólo tengo la ambición de satisfacer las expectativas que se crearon. Pero quiero recalcar que en River hay jugadores de primer nivel y yo seré uno más. No me considero el salvador de River. Lo único que voy a tener que hacer el domingo es no pensar en que todos los ojos van a estar puesto en mí. Eso sí: vine a uno de los mejores clubes del mundo y no me voy a achicar". Fueron unas de las primeras palabras de Enzo cuando llegó a River. Llegaba a un equipo devaluado, que extrañaba a horrores a las glorias vendidas en los últimos años. Llegaba a un equipo que reclamaba a gritos volver a ser River.



Había una gran expectativa, y el 24 de abril de 1983 los hinchas fueron al Monumental a ver al "salvador", mal que le pesara al muchachín de 21 años. Fue por la segunda fecha del Campeonato Nacional, y River salió al campo para enfrentar a Huracán con Fillol, Saporiti, Tarantini, Nieto, Jorge García, Bulleri, Gallego, Francescoli, Bica, Chaparro, Commisso. River ganó 1 a 0, pero eso fue lo de menos. Lo importante, tuvo que ver con los movimientos de ese número "10" que a los dos minutos despertó la primera ovación cuando giró sobre la línea lateral y salió airoso de la marca, y que a los 20, tras empalmar un centro de Chaparro que finalmente terminó en corner, fue receptor de ese murmullo convertido en canto, que después escucharía tantas veces "Vení, vení, cantá conmigo / que un amigo vas a encontrar / que de la mano / del Uruguayo / todos la vuelta vamos a dar".



Tres días después del debut, River enfrentó a Ferro en Caballito. Triunfó 1 a 0 con un gol de Enzo de penal. Las cosas parecía encaminadas... Así contaba Enzo: "Allá en Montevideo, la imagen que tenía de River era la de un club muy grande con jugadores que debían competir entre ellos. Es la vieja historia de las trenzas, los caudillos... Yo me sentía intrigado con todo eso y resulta que me encuentro con muchachos macanudos, que se abren a la amistad. Por mi carácter, por mi forma de ser, muchas veces quedaba apartado, solitario. y siempre alguno se acercaba para bromear o conversar conmigo. Se daban cuenta que me sentía sólo y que me daban el apoyo, la confianza que necesitaba. Si hasta el día que surgió un penal me lo dieron para que lo pateara. En los entrenamientos yo tiraba alguno, pero Jorge García y Nieto eran los especialistas. Cuando se dio el penal contra Ferro, se acercó García y me pidió que lo pateara. Tiralo vos, le dije yo. No, queremos que lo patees vos, me contestó. Y ésa es una prueba de confianza que me compromete con todos mis compañeros".



Semanas más tarde, comenzaba un conflicto entre los jugadores y los dirigentes. Había problemas financieros y el primero lo tuvo el "Conejo" Tarantini. Luego lo tuvo Fillol y así fue como el 29 de junio, por el no pago de haberes, el plantel millonario se declaró en libertad de acción. Y comenzó la huelga. El conflicto se agudizó. River presentaba un equipo de juveniles, entre los que jugaban Mariano David Dalla Líbera, Néstor Raul Gorosito y Néstor Adrián De Vicente, para enfrentar conjuntos profesionales. Luego de 7 partidos, los chicos habían ganado 2, perdido 4 y empatado 1. Los hinchas ya no soportaban la situación, y comenzaron a ponerse en contra del plantel. Si bien los "grandes" volvieron a jugar, no había una buena situación con la gente.



Allí Enzo comenzó a notar las diferencias entre el Wanderers y River Plate. Comenzaba a extrañar a sus padres, a su novia Mariela que todavía vivía en Montevideo, sus amigos. El fútbol argentino también era otra cosa. En ese primer año, Francescoli sufrió algunas brusquedades que todavía no estaba preparado, y tuvo que quedar afuera en dos oportunidades por importantes lesiones. No sólo Enzo andaba en la mala, sino que también River estaba en uno de sus peores momentos. En ese campeonato del ´83 River quedó en el puesto 18º entre 19 participantes.



En noviembre Enzo es convocado a la selección de su país, y si bien los dirigentes de River se oponían a que se vaya, el técnico de Uruguay, Omar Borrás, les decía "Quédense tranquilos, que para estos partidos yo me llevo un diez, pero les voy a devolver al mejor diez del país". Enzo anduvo bien en su país, le metió un gol de tiro libre a Brasil en la final y fue una pieza clave de su equipo.



Las aguas estaban divididas... Muchos lo apoyaban, otros lo descalificaban. Terminó ese 1983 y comenzaba una nueva etapa para Enzo, donde por fin "despegaba" y desmostraba todo lo que sabía.



La Consagración...



Enzo tenía muchas ilusiones depositadas en el año que arrancaba. El siempre confió en sus condiciones y no estaba dispuestos a bajar los brazos. Tenía una personalidad que, lejos de la fragilidad que aparenta, es fuerte y obcecada, seguramente como consecuencia de sus raíces italianas.



Ya había pasado la huelga de los jugadores, sus lesiones y con su casamiento proyectado para febrero de ese año las perspectivas parecían otras. Parecían simplemente porque en los primero días de 1984 asumió Luis Alberto Cubilla. Y el uruguayo aparentemente no tenía a Enzo entre sus planes. Le decía a la revista El Gráfico del 10 de enero de ese mismo año cuando se le preguntó si estaría dispuesto a que River se desprenda de Francescoli para conseguir el pase de Alfaro: "Si hacemos diferencia económica y deportiva, si. Pensemos que su cotización está en los 400 mil dólares. Con ese dinero estaríamos en condiciones de traer tres excelentes valores para reforzar el equipo sin comprometer el partrimonio del club".



Pero Francescoli no quería saber nada con irse del club, y daba sus motivos por aquellos días: "No me interesa para nada irme de River. ¿Por qué? Porque me propuse triunfar aquí, porque yo vine desde mi país el año pasado para jugar en uno de los equipos más importantes y siempre confié en rendirle al máximo de mis posibilidades. Se que no lo pude hacer todavía, por eso lo mío es una cuestión de orgullo".



Enzo se quedó en el club, pero igualmente Cubilla consiguió que le traigan a Alfaro. Estaba claro que entre Roque y el Beto Alonso que regresaba de su exilio forzozo en Vélez, se encontraba el diez de River. Y que Francescoli no iba a tener la posibilidad de pelear por ese puesto, pero tampoco podía "desaparecer del mapa". Por eso, Cubilla lo hizo jugar de ocho, una posición que Enzo no sentía para nada. No estaba para nada de acuerdo, pero se puso la ocho y comenzó a luchar. Así y todo, Enzo tuvo una clara recuperación, comenzó a convertir goles y a destacarse, ya no era el mismo del año anterior. Siempre señaló que la llegada de Alonso fue clave en su recuperación.



River llegó a las semifinales del Campeonato Nacional, y allí venció 2-1 a San Lorenzo, tanto en el partido de ida como en el de vuelta. Faltaba un solo obstáculo, que era Ferro Carril Oeste. Parecía un barrera no muy complicada, pero el equipo de Griguol le ganó 3 a 0 en el Monumental. El partido revancha fue en Caballito, y a los dos minutos del primer tiempo "La Máquina Verde del Oeste" se colocó en ventaja. El encuentro no concluyó porque la hinchada de River comenzó a quemar los tablones de Caballito, y la barbarie se propagó al campo de juego. Fue un golpe muy duro para los dirigidos por Cubilla. Semanas después River pierde con Unión 5 a 1, lo que termina con el entrenador uruguayo. Para Enzo concluía así una de las etapas más difíciles, más allá de que nunca hubiera armado un escándalo público el hombre respidaba aliviado la ida de Cubilla. Pero hasta de las experiecias malas también se aprende...



Producida la desvinculación de Cubilla, asume como entrenador interino Don Adolfo Pedernera, que era el máximo responsable del fútbol amateur. Allí comenzó a gestarse un nuevo River a partir del cambio de posiciones de unos cuantos jugadores: Francescoli pasó de ocho a "nueve y medio", como le gusta definir su puesto al mismo Enzo, Héctor Enrique de siete a ocho y Alfaro quedó como rueda de auxilio en el medio campo. Si bien no se obtuvieron resultados rápidamente, se vislumbraba un cambio. Así lo revive el mismo Enzo: "Con Don Adolfo nos encontrábamos muchas veces en la confitería del club y charlábamos. Respecto a mi posición un día me dijo: Vos tenés todas las condiciones para engancharte en los últimos 30 ó 40 metros de la cancha, tenés que ser mucho más desequilibrante de los que sos volanteando. Y tenía razón. Hoy le estaré agradecido por ese cambio".



Ya casi empezado el campeonato, se elige el nuevo director técnico: Héctor Rodolfo Veira. El primer partido lo vio desde la platea, y cuando le preguntaron por Enzo dijo lo siguiente: "¡Que jugadorazo!, le tiran cualquier cosa, él la mata y sigue. Es un fenómeno".



Veira tomó el equipo a mediados del Metro del ´84, y en ese torneo River finalizó en la 4ta. ubicación, a ocho puntos del Campeón Argentinos Jrs. Enzo ya era Príncipe y cada vez jugaba mejor. "El apodo surge porque yo andaba con un metejón con el tango Príncipe -Comenta el relator Víctor Hugo Morales- y lo cantaba a cada rato. Hizo un gol y repetí una parte: Príncipe soy, tengo un amor y es el gol . Aparte el apodo le caía justo al hombre algo melancólico, tristón, con un andar verdaderamente principesco. Por eso, más que nada, creo que perduró en el tiempo". En aquel torneo se convirtió por primera vez en goleador, con 24 tantos.



El año ´85 comenzó con sorpresas. River contrató a Ruggeri y Gareca, que venía de Boca Jrs. luego de un conflicto con el club por su libertad de acción. También se sumó la "Araña" Amuchástegui. El equipo comenzó con buen pie el Nacional, pero sin uno de sus pilares, porque estaban las eliminatorias para el Mundial de México. Para Veira, Enzo era único. Lo demostraba en sus declaraciones: "Enzo te resuelve un montón de problemas. Es un fenómeno total. Para mi está en el gran nivel, a la altura de Platiní, Rummeniegge y Maradona. Hace todo, lo mando jugar atrás, de punta, y se hay que cabecear, salta como pocos. Nunca dice nada: va, juega y produce". De ese Nacional quedó afuera River, luego que lo eliminó Velez Sardfield.



El otro torneo fue diferente. Era un todos contra todos en dos ruedas y el nivel de juego de River iba creciendo. Una semana después de que comenzó la primera fecha, se sumaba al plantel un hombre clave para ese año: Claudio Alberto Morresi. Así, luego de una lesión de Alonso, Morresi ocupaba ese "cargo", y encaminba a River para el título. Nadie parecía detenerlo, aunque había que dar un par de exámenes todavía. Enzo se ilusionaba: "Ahora sobran afectos, todo es compañerismo. Y el título está cerca. Este es el River con el cual soñaba antes de venir", razonaba en los últimos días de 1985, tras recibir el Olimpia de Plata al mejor futbolista del año, el primero -pero no el último- de su carrera.



El comienzo de 1986 fue a toda orquesta y Enzo estaba a punto de cumplir dos sueños: salir campeón con su equipo y participar en un Mundial de mayores. Esos tres meses antes de su partida, fueron quizá los más brillantes de su carrera, dejando ese imborrable recuerdo a toda la gente millonaria.



Promediaba el verano, y las clásicas copas en Mar del Plata. Era un 8 de febrero de 1986. Enzo siempre recordará esa fecha y la asociará con una de sus jornadas más felices. River jugaba contra Polonia, que se preparaba para jugar el Mundial ´86, por un triangular que también participaba Boca Jrs. Era un encuentro más, sin demasiadas presiones. Los polacos se adelantaron en el tanteador con un 4 a 2. A siete minutos del final, Francescoli convirtió el segundo tanto personal para acortar la distancia. Sobre la hora, Centurión puso el 4 a 4, que parecía definitivo. Ya pasados tres minutos en tiempo de descuento el Beto Alonso lanzó un tiro libre desde la derecha. El centro pasado aterrizó en la cabeza de Ruggeri, y su cabezazo cayó en el pecho de Francescoli. Casi en la puerta del área grande, el Príncipe empalmó de chilena el balón y la clavó en el palo izquierdo del indefenso arquero. El hombre salió corriendo, sin saber con quien abrazarse y a su vez queriendo abrazar a todos. El Tolo Gallego lo buscaba con los brazos abiertos sin saber bien que era lo que había visto. El Bambino entró al campo como poseído. El estadio había estallado y era una locura. Nadie podía reaccionar ante lo que acababa de observar. Enzo Francescoli había escalado hasta un punto inimaginable.



Solamente le faltaba el título, ese que no se le podía escapar. Y fue el 9 de marzo de 1986, ante Velez, ganando 3 a 0, con un gol propio de penal, en el Monumental. El Príncipe anotó el gol en el útlimo minuto y quedó de cara a la tribuna local, con los brazos bien altos, símbolo inequívoco de una victoria por la que había luchado como pocos. No podía ser de otra forma. No hubiera sido justo. Con ese triunfo, el equipo del Bambino Veira se aseguraba el el campeonato cuando todavía faltaban 5 fechas, y Enzo quedaba al tope de la tabla de goleadores con 25 tantos, repitiendo así el rito de 1984. Junto con Ruggeri fue el jugador con más presencias en el torneo: 31. Así recordaba a Enzo su compañero Jorge Gordillo: "Enzo no fue fundamental sólo por los goles, también fue importantísimo para nosotros, los defensores, porque cuando llegaba un momento del partido en el que no nos daban más las piernas, se la tirábamos a él y descansábamos. El hacía el resto: aguantaba la pelota el tiempo necesario y nosotros no podíamos recuperar tranquilos. Enzo ya era un referente en aquella época, aunque no tuviera la trayectoria de tipos como Alonso y Gallego. Yo lo vi muy feliz a lo largo de todo el campeonato: lo vivió a pleno y consiguió lo que se había propuesto". También Roque Alfaro tiene palabras de elogio para Enzo: "En mi primera práctica, yo estaba en el banco de suplentes de la cancha auxiliar viendo a los jugadores y me preguntaba a mí mismo: ¿Cómo puede ser que a este tipo lo critiquen tanto si es un fenómeno? Era la primera vez que lo veía, pero yo sabía que las cosas que se decían de él. Eso fue en 1984. Y enseguida me di cuenta de lo buena persona que es: a pesar de que yo llegaba para jugar en su puesto, el trato de él hacia mí fue espectacular desde el primer día hasta el último".