lunes, 18 de enero de 2010

FELIZ CUMPLEAÑOS AVELLANEDA

FELIZ CUMPLEAÑOS AVELLANEDA


Durante este sábado y domingo, la ciudad de Avellaneda desarrolló los actos festivos centrales del 131º aniversario de su fundación. Este lunes, día del aniversario, tiene lugar el acto protocolar en el auditorio Cultural Municipal.





SEGUNDA FUNDACION DE AVELLANEDA



RADICACION DEFINITIVA

Extraído del libro "LA COLONIA NACIONAL PTE.AVELLANEDA Y SU TIEMPO" lra. Parte, del Doctor Manuel I. Cracogna






Intensa era la acción desplegada por los agentes de inmigración distribuidos en ciudades de Europa, especialmente en naciones bañadas por el Mediterráneo, siendo digna de ponderación la obra de D. Eduardo Calvari, quien en su condición de cónsul argentino en Génova, tuvo a su cargo el traslado del primer grupo de friulanos que llegaron a esta región.







En mérito a su labor en beneficio del país, y con el fin de vigilar y dirigir convenientemente la emigración desde Italia, nación que enviaba operarios y agricultores de manera abundante, el gobierno argentino creó el cargo especial de Comisario de Inmigración en la península y designó al señor Calveri para el mismo. En el ejercicio de sus funciones,debía ponerse de acuerdo con el Comisario General en Europa, D. Carlos Calvo, que tenía su sede en París, Av. Friedland N° 26.



El decreto respectivo fue firmado por el Presidente Avellaneda y su ministro Irigoyen el 21 de marzo de 1878 .



El nuevo funcionario, junto con la promoción de la emigración, que tenía por misión a él confiada en Italia, debía atender también los compromisos adquiridos con familias dispuestas a viajar, como ya los hemos referido. Por estas razones, urgía al gobierno para formalizar un contrato para traer familias del Friuli y del Tirol Austríaco.



Hallando atendible su reclamo e inspirado en sus patrióticos propósitos de poblar, el superior gobierno nacional ordenó a la Comisaría General de Inmigración que formulase un proyecto de contrato con el señor Calvari de acuerdo a sus propuestas para el mejor cumplimiento por ambas partes.



En el informe que produjo el señor Dillon, referido a este contrato, expresa sucintamente; "El país ha ganado con ello, trescientas familias agricultoras que de otro modo no hubieran venido, y cuyo valor como capital adquirido para la Nación es de quinientos mil pesos, tomando por base los cálculos, más bajos y solo se gastarán, doscientos mil pesos, en pasajes y gastos de instalación, cuya suma además, será devuelta con muy raras excepciones en los términos de Ley".



En estas 300 familias están comprendidas, precisamente, las cuatro tandas que repoblaron Avellaneda a principios de 1879, ya que la memoria anual de 1878 fue dada a conocer en mayo de 1879 porque expresa: "A lis familias se les había dado colocación según las órdenes de V.E.; estableciéndose una nueva colonia en el territorio del Chaco, en la margen izquierda del Arroyo el Rey, robusteciéndose la colonia Resistencia también en el Chaco y las de Sampacho y Caroya... y por fin el último grupo se remitirá a Formosa, sitio designado por V.E. para la nueva capital del Chaco..."

Apenas firmado el contrato, el señor Calvari pidió se permita traer familias de Europa en barcos de vela en caso de dificultades para hacerlo en vapor como establecía el contrato. La nota fue enviada al Ministro del Interior, Irigoyen, quien accedió al pedido "para que no se detenga por inconvenientes el envío de las familias que han sido contratadas", con la debida comprobación de las dificultades por la Comisaría General en Europa.

Asegurado por las condiciones suscritas y ya en Italia, el cónsul Calvari continuó reclutando familias para cumplir con su contrato con el gobierno argentino. Para ello, en octubre del 78, embarcó en el "Italia" las 43 familias provenientes del Tirol Italiano "todas munidas de los certificados de las autoridades locales que los acreditan agricultores y de buena conducta moral y política". Así comunicaba desde Génova al ministro del Interior.

Tanto en el Tirol como en la región de Gorizia, bajo el dominio de Austria, numerosas familias, arreglando sus asuntos y disponiendo de sus ahorros, se prepararon a viajar a América para lo cual se concentraron en el puerto de Génova desde donde partieron la mayoría de los inmigrantes del norte de Italia.



Por medio de los autores Gino y Alberto di Caporiacco, nos informamos que el"Giornale de Udine", del 18 de abril de 1879, publicó una serie de documentos que se refieren "al viaje de un grupo de emigrantes del Friuli austríaco a Reconquista, colonia gubernativa recién fundada".

Continúa la información: "El grupo era guiado por el cormonés Emilio Zuccheri quien se hizo suscribir una declaración antes del embarque en el vapor "Pampa", en Génova" (9/XI/1878). Con este escrito justificaba su viaje y los motivos que le inducían a acompañarlos a la Argentina, de los cuales surge la existencia de una evidente incredulidad y desconfianza por los generosos ofrecimientos de nuestro país a los inmigrantes. Dicha manifestación es la siguiente:



"Nosotros los suscritos declaramos que el señor Emilio Zuccheri, hijo de Ángel, de Cormons, Provincia de Gorizia (Austria) viene con nosotros en el vapor "Pampa" y en nuestra compañía hasta Buenos Aires (América del Sud) para informarse sobre la verdad de las leyes de emigración y colonización y para explorar si los terrenos son fértiles como se dice entre nosotros, como también si el excelentísimo Gobierno Argentino concede realmente a los emigrantes el terreno como así también las ayudas que promete con dichas leyes".



"Declaramos también que lo autorizamos en toda forma, en nombre nuestro y de nuestros parientes y patriotas (que a las condiciones de esas leyes vendrían ) a tratar de resolver con el excelentísimo Gobierno Argentino por nuestro bienestar y en relación con nuestra instalación en colonia y para obtener la ayuda de víveres, útiles y animales de trabajo que nos fueron prometidos por los representantes del excelentísimo Gobierno Argentino en Italia".

"En te de lo cual firmamos al pie".

"Génova, 9 de noviembre de 1878".



Siguen 22 firmas. Algunas son de desconocidos; otras de inmigrantes que llegaron acá en la segunda tanda. No figuran los trentinos de la primera tanda. Los firmantes friulanos eran de la región de Gorizia .

Realizados los preparativos del viaje, el vapor "Pampa", de la sociedad Rocco Piaggio e Hijos, al mando del capitán F. Toso, zarpó de Génova el domingo l0 de noviembre de 1878 llevando a bordo más de 800 pasajeros.

Según una relación (escrita en 1945), que ha dejado uno de los viajeros, el inmigrante D. Juan Faccioli, entonces joven de 18 años, el barco era viejo, que cada semana las máquinas se descomponían y varias veces las borrascas los expuso a serios peligros. Antes de llegar a Montevideo quedaron sin carbón. El buque se detuvo en medio del mar. Gracias a las velas y el viento pudieron llegar a destino.

El viaje fue lerdo. Por el mal tiempo, el barco debió quedar anclado setenta y dos horas en el puerto de Barcelona y doce horas más en el cabo de Gata. Nueve días demoraron en llegar a Gibraltar. Desde allí el capitán comunicó los motivos de su atraso, pues debió proceder con prudencia por la seguridad de tantos pasajeros.

Siguiendo viaje en el océano, tuvieron una travesía sin mayores inconvenientes, "con viento fresco y con mar movido de proa". El estado de salud del pasaje era óptimo.



La llegada del "Pampa" a Buenos Aires se produjo el sábado 28 de diciembre de 1878. De inmediato los inmigrantes fueron alojados en el Asilo (hotel) donde recibían cama y comida y eran sometidos a la inspección de los médicos de Inmigración según los trámites normales .

Allí aguardaron su destino. Al saber que iban a ser enviados a Resistencia se opusieron y abandonaron el Asilo, deambulando por la ciudad en busca de trabajo. Sin conseguirlo, regresaron al alojamiento y aceptaron ser remitidos a Reconquista o a una nueva colonia vecina, aún a poblarse al norte del Arroyo El Rey.





Ese hecho insólito de rebeldía, repercutió en el ambiente y la prensa se hizo eco, aunque con notas atrasadas. Así, "La Tribuna", del 16 de enero, con el título "Algo sobre Inmigrantes", informó: "Han vuelto al Asilo de Inmigrantes, 22 familias de las que últimamente se sublevaron con motivo de que se las iba a enviar a la colonia 'Resistencia'..."fueron embarcadas en el 'Río Paraná' con destino a 'Reconquista'. No se las manda a 'Resistencía' porque en el vapor anterior fueron allí treinta familias, y no se quiere recargar de golpe esa Colonia con gran numero de inmigrantes. Van a cargo del Sr. Stampa".

Una información similar, en el mismo día, la dio el diario italiano "La Patria", refiriéndose a las 22 familias. Y concluye: "Y las otras? Ojalá no tengan que arrepentirse demasiado tarde de haber escuchado los malos consejos".



Como queda dicho, acompañados siempre por el Sr. Zuccheri y conducidos por el Inspector de Colonias, D. Pablo Stampa, viajaron en el vapor "Río Paraná", que hacía la carrera entre Buenos Aires y Asunción, desembarcando en el puerto de Goya. De allí los pasaron a Reconquista en una chata que servía para transporte de hacienda, remolcada por un vaporcito.

La Memoria del Ministerio de Guerra de 1879, se refiere al informe del coronel Obligado, que indica que el 12 de enero entró al puerto de Reconquista el vapor "San José", "chata, con colonos, pasajeros, 120".

Don Juan Faccioli nos orienta con su relato hacia las dificultades que debieron soportar a su llegada a estas tierras. Según él, arribaron el l0 de enero al puerto de Reconquista, donde sólo existía "un ranchito con dos personas adentro, era toda su población". Dos días con sus noches quedaron allí, protegidos de la intemperie y los mosquitos por improvisadas carpas armadas con las ropas que traían. Luego fueron llevados al pueblo en ocho o diez carretas tiradas por bueyes, provistas de un cajón alto y algunas sólo con barandillas. Así cruzaron el bañado, casi todo cubierto de agua por la creciente.



Era fácil imaginar el cuadro que habrá ofrecido esa caravana de carretas, atravesando los pajonales y pantanos, chapoteando en lenta marcha por senderos serpenteantes, entre sollozos de los niños y la preocupante ansiedad de los jefes de familia por la enorme responsabilidad que les correspondía en la circunstancia.



A la tardecita, entre la admiración de los pobladores, hicieron su entrada en Reconquista recibidos por el coronel Obligado, fueron alojados en un antiguo caserón, que fuera cuartel de la tropa de frontera. Se improvisaron colchones con montones de pasto en el suelo y allí pasaron la noche. Al día siguiente, unos cuantos jóvenes cruzaron con canoa el arroyo, que estaba crecido y fueron a conocer las tierras de Avellaneda (Ausonia).

Varios días fueron mantenidos allí mientras preparaban los albergues en el lugar de su destino. Una vez terminados, las familias pasaron al norte del arroyo e iniciaron la población de la nueva colonia. Fue el día 18 de enero de 1879.

Este primer contingente de los colonos fundadores de Avellaneda fue ubicado con carácter temporario, según Faccioli, "al este norte de la fábrica de aceite (actual planta Procesadora de Aves de la Unión Agrícola)... había una manzana cerrada con una zanja alrededor, de un metro y medio de luz y un metro de ancho. Tenía una sola entrada -los indios no podían bandearla a caballo-. Tenía adentro tres ranchos grandes y un pozo de material... Allí fueron llevadas todas juntas las familias en Avellaneda, en esa manzana de los tres ranchos, en las mismas condiciones de Reconquista, con un pedacito cada familia y dormir en el suelo por una temporada...".

Don Jorge Cracogna, que tiene escrita y publicada una memoria sobre la fundación de Avellaneda, sobre este acontecimiento, referido a los primeros que llegaron, nos dice: "Estos colonos con sus familias, fueron alojados en una especie de fortín, donde ya se hallaba establecida la administración de la colonia, pues ese terreno era territorio, que el arroyo El Rey, señalaba el límite de la Provincia de Santa Fe" ..

Y continúa: "En ese fortín, le diremos civil, se hallaban varios ranchos bien construidos por cierto señor Vatri, italiano, que en años anteriores estableció allí un obraje con aserradero , y que a los pocos años tuvo que abandonar... El fortín se hallaba en el intermedio donde hay la fábrica de aceite y la casa de Gasparutti" (Hoy Alejandro Stechina).

Una vez instalados, aunque sin mayores comodidades, quedaron a disposición de las autoridades de la colonia las que, según los mandatos de la ley de colonización, comenzaron el racionamiento y la entrega de enseres y animales a cada familia.



Naturalmente que en los primeros días, para todos ellos, fue explorar y conocer el ambiente que los rodeaba, la calidad de las tierras y la frondosidad de los bosques, haciéndose entender con el Sr. Stampa y con los representantes de la Comisión General de Inmigración, D. Carlos Perolo, como comisario de la Colonia y agrimensor; D. Alfonso Foradori, como administrador y D. Pío Sanga, como proveedor.



En prueba de gratitud por las atenciones que les prodigaron en esos primeros momentos, haciéndoles llevadera su existencia en su nuevo mundo los jefes de las 21 familias de Avellaneda firmaron una declaración que, fechada en Reconquista, fue reproducida en el diario italiano "La Patria", en Buenos Aires. Llevaba también la finalidad de desvirtuar los conceptos erróneos que sobre esta región circulaban en la Capital entre elementos de inmigración que aguardaban destino.



La publicación completa del mencionado diario es la siguiente:



"Declaración. Nuestro diario fue entre los pocos -y quizá el único- que no se asoció a las demás voces del interés privado ofendido, cual algunas mal aconsejadas familias tirolesas se negaban a ir a la Colonia “Resistencia” antes y 'Reconquista' después, para obedecer a las ordenes dadas por la autoridad superior.



"La siguiente declaración que reproducimos para ejemplo de los pocos obstinados jefes de familia aún rebeldes, comprueba la razonabilidad de los consejos que nosotros dimos a los extraviados y que muchos ahora están contentísimos de haberlos acatado.



"Léase atentamente: "Nosotros los subscriptos con la presente declaramos que una vez llegados al lugar que se nos indicó, lo encontramos amenísimo y con todo lo necesario para una Colonia. Casi a dos cuadras tenemos un hermosísimo y navegable río 'Arroyo del Rey', como también hermosísimos bosques y leña para las necesidades de la familia; además estamos casi a media hora del pueblo de Reconquista, del cual podemos aprovechar en toda circunstancia sea del médico, remedios y otras cosas; la tierra es fertilísima, los víveres que se nos dan son suficientes para nosotros y nuestras familias, las herramientas de labranza como así también la batería de cocina nos fueron entregadas todavía antes de salir de Buenos Aires; apenas llegados acá nos fue entregada una buena vaca con su ternero, la cual da suficiente leche para cada familia; los bueyes y las semillas necesarias; más tarde se nos entregarán dos (bueyes) por cada familia, una vez preparado el campo para la labranza; se nos entregarán cien hectáreas de tierra, parte con bosque y parte para cultivar, fertilísima, para cada familia".



"En base a todas estas circunstancias, sentimos la obligación de declarar que todo el mal que nos dijeron e hicieron conocer de esta localidad y la esterilidad de las tierras, los bosques seculares e inmensos, la infinidad de insectos, mosquitos, animales feroces, calores insoportables, enfermedades epidémicas, fiebre amarilla, etc, no son sino verdaderas mentiras para engañar a los pobres inmigrantes, mientras nosotros antes con nuestros mismos ojos, luego informados por los hijos del país, encontramos, como lo hemos declarado arriba, todo lo contrario a las mentiras que oímos en Buenos Aires, y juzgamos que todos aquellos que hablan mal de este lugar o lo hacen por interés o porque son gente que no tiene ganas de trabajar y vagos que molestan a los que quieren trabajar ".



"Dejamos esta constancia, agradeciendo al Exmo. Gobierno Nacional y a la Comisión General de Inmigración por los cuidados más que paternales para con nosotros y prometemos, como retribución, de ser constantes en el trabajo para la prosperidad de la Colonia, como también para el interés del pais”.



"Declaramos además que el Sr. Emilio Zuccari, hijo de Angel de Cormons (Austria) nos acompañó personalmente hasta el lugar destinado para nosotros y al cual encargamos de llevarse consigo la presente para que haga conocer él que estuvo acá en persona, las tierras y los lugares que hay acá e induzca a nuestros connacionales a emigrar".



"En fe de lo cual firmamos…”



"Reconquista, 22 de enero de 1879. (Provincia de Santa Fe), confín del Chaco.”



Felícita Faccioli, Samer Giovanni, Stechina Antonio, Moschen Domenico, Marcón Francesco, Ros Giácomo, Cechin Giovanni, Bais Francesco, Gregoratti Antonio, Vechiet Antonio, Visintin Domenico, Giuliani Franceso, Gobbi Bartolo, Lorenzín Gandido, Petrolli Lorenzo, Ponticelli Lodovico, Pereson Pietro e Domenico, Zoff Giovanni, Brandolín Francesco, Jardín Antonio”



El Coronel obligado certificó este documento, atestiguando que "Las firmas que preceden son de los colonos friulanos que han venido. Reconquista, Enero 24,1879". El cónsul del Imp. Austro-Húngaro, hizo lo propio, en Buenos Aires el 31 de enero de 1879.



Todo esto lo confirman los autores friulanos Di Caporiacco en su obra, que la Comisaría General de Inmigración concedió al Sr. Zuccheri, un lote de cien hectáreas en la nueva colonia, con la condición de regresar y establecerse con su familia. No tenemos noticia que haya ocurrido tal cosa. Eso sí, recibió un pedido del Jefe Político de Paraná (E.Ríos) para que mande cincuenta familias para ubicarlas en el ejido de esa ciudad .



El inspector de Colonias, Sr. Stampa, a su regreso a Buenos Aires, el 31 de enero, se apresuró a dar la noticia a sus amigos del diario "La Patria" informándoles que "he dejado a los colonos en Reconquista, que viven en la colonia "Antonio", satisfechos desde todo punto de vista, como se lo declarará mañana el Sr. Zuccari, que vino conmigo... es la persona que vino de Europa con las mismas familias y que, engañado por el conocido revoltoso, buscaba de ubicarlas en otro lugar".



Más adelante agrega:"La tierra de la Colonia "Antonio" no puede ser mejor y aunque fallara la cosecha por algún inconveniente, los colonos pueden ganar mucho con la tala de los bosques, que allí abundan"(?).



Como puede observarse, el nombre de la colonia es un error. Se refiere a "Ausonia", denominación que, como ya lo hicimos notar, aun subsistía, no oficialmente, para señalar la comarca al norte del arroyo.



Con el propósito de ser ilustrativos en todo lo posible sobre el hecho trascendente de la fundación de Avellaneda, y en la confianza de no resultar tediosos con la transcripción de documentos de indudable valor histórico, daremos a conocer la comunicación oficial de la Comisaría General de Inmigración al Ministro del Interior, del día 3 de febrero de 1879, referida al establecimiento de los inmigrantes en la nueva colonia agrícola del Chaco.



El texto de la nota es el siguiente:



"V.E. se sirvió disponer que las familias del contrato Calvari, venidas en el 'Pampa' fueran enviadas a la Colonia 'Resistencia', o al territorio del Chaco en la margen izquierda del Rey, a lo que dí cumplimiento, remitiéndolas con el Inspector de la Mesa de Tierras y Colonias D. Pablo Stampa, quien de acuerdo con el Señor Coronel Obligado dispuso establecerlas en el segundo punto, en razón de que los lotes disponibles en Reconquista eran inadecuados.



"Queda pues planteada la base de una Colonia nueva en territorio Nacional".



"Los colonos, que, mal aconsejados, se opusieron al principio a ir al Chaco, están contentos, y espontáneamente han firmado una declaración que ha visto la luz pública en el diario italiano 'La Patria'.



"Situada esta Colonia en comunicación fluvial con la capital y rodeada de bosques de maderas valiosas, tiene un porvenir asegurado, aún cuando se pierdan las cosechas, pues cada golpe de hacha valdrá más de un centavo a los colonos".



"El establecimiento de esta nueva colonia será de grandes resultados pues comenzará a producir renta desde su fundación dando a conocer la utilidad que el fisco puede reportar, de la población de ese rico territorio, como tendré el honor de manifestarlo a V.E. en breves días".



“Dios Guarde a V.E.



(Fdo.) JUAN DILLON " .



Las noticias y opiniones elevadas a la superioridad por el Sr. Dillon, fueron un fiel trasunto de la nueva fundación y del éxito inicial de una empresa de tal envergadura. Al mismo tiempo del envío de su nota y como confirmación del buen resultado obtenido en esta colonización, una segunda tanda de trece



familias friulanas y seis trentinas, llegaba a Avellaneda para incorporarse a la tarea común. Ingresaron a la colonia el 3 de febrero.



Enterado el Presidente Avellaneda de este suceso auspicioso y no ocultando su satisfacción por una obra concretada en base a las iniciativas por él inspiradas y establecidas según las formalidades legales, remitió al Sr. Dillon una conceptuosa nota, el 12 de febrero, que nos place transcribir:



'Usted me participa por escrito la formación de una nueva colonia en el Chaco la cual no ha recibido todavía el nombre de bautismo, aunque tiene habitantes ".



'Nosotros también empezamos a improvisar aldeas en la selva primitiva"



'Uno de los hechos importantes del siglo es la maravillosa colonización del Oeste de los Estados Unidos, la cual no se compone sino de dos elementos nosotros también en la misma medida: Inmigrantes y tierra",



“El vocabulario de las profesiones sociales se ha enriquecido hoy con el que construye pueblos. La fundación de éstos ha tomado así su lugar en las artes habituales de la vida".



'Ud. es un ejemplo de la nueva industria, pues puede indicar Ud. 8 ó l0 colonias vistas nacer y crecer bajo la acción directa de sus manos, aplicando la generosa ley de la Nación que proyectamos y discutimos hace 4 años".



'He leído también con mucho interés el "Proyecto de Convenio" para el corte de maderas en el Chaco. Lo creo excelente y pienso que en sus cláusulas están las primeras indicaciones de disposiciones generales que se han de tomar sin falta".



'Le pido que haga un proyecto de esa índole y lo someta al Ministerio del Interior.



"A veces Ud. se queja de la pública indiferencia por estos trabajos, del silencio que los rodea y de la preferencia que entre nosotros tienen, en la atención general, los hechos de la disputa política, la cual aunque monótona e incesante tiene la prerrogativa de no aburrir".



'Pero las recompensas se guardan para el futuro; por eso los últimos serán los primeros”.



'Cuántos acontecimientos extraordinarios para nosotros, caerán en el olvido porque no eran sino hechos comunes y el historiador futuro mirará atrás a través del tiempo, paca escuchar estos primeros golpes de las hachas que voltean las plantas de la floresta secular, ensanchando el dominio civil de nuestro país".



'Continúe, mi buen amigo, con la misma energía en sus fecundos trabajos.Ud. ha sido el que introdujo el inmigrante en el interior de la República y con este título, siempre más merecido, Ud. puede descansar en la seguridad de haber hecho el bien con esmero".



'Ahora estamos por fundar la Capital del Chaco, la cual tendrá bajo su jurisdicción l4.000 leguas cuadradas de territorios, aún quitando la parte perdida en el arbitraje. La ubicación de aquélla está designada en uno de los brazos del Bermejo. Tenga los planes a la vista. Trace, amigo, sus concesiones grandes de terreno, entréguelas en propiedad a los recién llegados y así tendremos pronto una ciudad nueva, a la cual vincular su nombre ".



“Su servidor y amigo”



(fdo) NICOLAS AVELLANEDA.



El 21 de febrero de 1879, entró al puerto de Reconquista, el pailebote “La Lola", trayendo numerosas familias, con un total de 350 personas, según indica la Memoria del Ministerio de Guerra de ese año. Según constancias, dieciséis familias friulanas y nueve trentinas, pasaron a la colonia Avellaneda. El resto de los inmigrantes, treinta y seis familias friulanas, el coronel Obligado las ubicó en la colonia Reconquista. Deducimos ese destino cantidad de inmigrantes llegados y porque estaba en los planes del Jefe de Frontera poblar esa colonia con agricultores extranjeros. Así lo ha sostenido el historiador Roselli en varias publicaciones.



A mediados de febrero, salía de Génova hacia Buenos Aires el vapor italiano "Isabela", de los señores Sivori y Schiaffino, con 270 pasajeros. Eran inmigrantes, la gran mayoría del Friuli. El diario "La Patria", del 28 de marzo, haciendo un comentario sobre la llegada de barcos, se expresaba de esta manera: "Queréis propiamente tocar con la mano que la emigración italiana no depende de la propaganda y esfuerzos de los Agentes, sino de causas graves y complejas, inherentes a las condiciones económicas y sociales de la Península?... En 15 días se embarcan en los puertos de Génova y de Nápoles 850 italianos en el 'Umberto Iº', 270 italianos en el 'Isabela' y 400 en el 'Nord-América'. De estos 1520 connacionales llegados en una semana a Buenos Aires, si sacamos los 270 enviados por el Sr. Calvari, según su convenio con el Gobierno Argentino, todos los demás constituyen la llamada emigración espontánea, es decir han llegado voluntariamente pagando por sí mismos el pasaje. ¿Por qué emigráis? - pedimos a muchos. 'Porque no estamos bien; porque el gobierno y los acaudalados quieren todo para sí y no se piensa en nosotros, pobres infelices'. He aquí la respuesta que da el 99 por ciento... la miseria es la peor consejera, y es ésta el verdadero constante e irresistible agente de la emigración".



En el "Isabela" vinieron las treinta y seis familias friulanas y dos trentinas que formaron la cuarta tanda de inmigrantes para colonizar Avellaneda. Ingresaron a la colonia el 8 de abril de 1879. Una semana después, entraron las últimas siete familias que vinieron de Europa, todas friulanas.



En su "Memoria", D. Jorge Cracogna nos informa del interés que que existía en su pueblo - Gemona -, por parte de algunas familias para emigrar. Y él se convirtió en intermediario con los agentes de Génova, en especial con el Sr. Laurens, que lo proveyó de instrucciones, circulares, mapas, etc. sobre la República Argentina. Con conocimiento, se dispuso a viajar, solo, junto con familias amigas, para acompañarlas hacia América. Y viajaron en el "Isabela".



Con su escrito nos ilustra sobre los episodios de su llegada al país. Nos dice: "El Hotel de Inmigrantes estaba lleno. En la Plaza San Martín a la tarde del mismo día de nuestra llegada, el señor inspector de colonias Pablo Stampa me avisó que el señor Comisario General me llamaba. Me presenté y me dijo: "Ud. ha traído consigo varias familias y dos cónsules argentinos de Italia me han remitido cartas de



recomendación para Ud. presentándomelo como explorador de nuestras tierras. Lo que Ud. puede hacer es a costas y gastos del gobierno nacional; pero yo le doy un buen consejo: vaya Ud a la colonia Ausonia, ahí tiene su empleo, así haría un buen servicio al gobierno que se halla muy escaso de fondos para costearle una gira en la República".



Hacia Avellaneda se dirigió con las familias. Junto a las demás, el vaporcito "Paraná" los trajo hasta Goya.



Allí encontraron al P. Bernardo Trippini, franciscano italiano, que actuaba en Reconquista como capellán



de frontera, quien, al verlos angustiados los animó y los aconsejó para hacerles llevadera su vida futura.



En Reconquista se hallaban los funcionarios nacionales de inmigración instalados allí para recibir a los colonos a cuyo frente se distinguía el inspector de colonias D. Pablo Stampa.



Sigamos con el relato de la "Memoria" citada: "Llegados a la administración, que se hallaba en el fortín Vatri ya nombrado, el señor inspector me ordenó me trasladara a este pueblo, y que siga la construcción de los galpones ya empezada por un obrero suizo, un tal Crispín y que ocupe en ese trabajo a los colonos venidos conmigo pagándolos dos francos diariamente. Estos que vivían en Reconquista tenían que venir y volver cada día en canoa por el arroyo".



En poco tiempo los galpones fueron hechos, con palos, techo de paja, paredes de capas de tierra cortada a pala y medida, y colocadas como si fueran piedras. Solamente el horno se hizo con ladrillos. Antonio Zilli me ayudó a hacerlo bajo la dirección del panadero Angel Centis, friulano. Y los colonos pasaron a ésta". Los citados galpones fueron las primeras construcciones en el pueblo o planta urbana de Avellaneda y se hallaban en las inmediaciones de la actual capilla de Lourdes, hacia el SO, más o menos en la manzana N° 75.



Ver más de Avellaneda en http://www.humano.ya.com/raulcelsoar

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