viernes, 7 de mayo de 2010

Mozart no hace milagros

Mozart no hace milagros


DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE http://www.ellitoral.com/



Un equipo de científicos austríacos acaba de concluir que escuchar música de Mozart para elevar la inteligencia de los niños no es más que una de las muchas “leyendas urbanas” de la psicología popular.

Desde que en 1993 Frances Rauscher, una psicóloga estadounidense, anunciase que las composiciones del genial compositor austríaco favorecían la mejora del coeficiente intelectual, no pocas familias se han esforzado en que sus hijos, incluso antes de nacer, pudieran escuchar música de Mozart.

“Recomiendo a todos que escuchen música de Mozart, pero no se puede satisfacer la expectativa de que de esta manera se logre un aumento de la capacidad cognitiva”, explicó Jakob Pietschnig, uno de los autores del estudio, citado por una agencia de noticias austríaca.

La investigación que reduce el conocido como “efecto Mozart” a la categoría de mito ha sido realizada por Pietschnig y varios colegas de la Facultad de Investigación Básica sobre Sicología en la Universidad de Viena.

Para llegar a ese resultado, los expertos analizaron 30 estudios previos sobre este tema, en los que se analizó la influencia de la música de Mozart en unas 3.000 personas. El resultado: no se pudo comprobar ningún efecto específico de la música en la inteligencia espacial.

La existencia del “efecto Mozart” ya había sido puesta en cuestión en el pasado y está incluida en la obra “50 grandes mitos de la psicología popular” del profesor Scott Lilienfeld.

Esto del mito podría haber sido probado mucho tiempo antes, con el ejemplo del propio genio: Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart (1756-1796) fue un precoz compositor y pianista austríaco, maestro del Clasicismo, y es considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia. Excepción hecha de la música -donde alcanzó cumbres sublimes-, Mozart nunca dio muestras de una inteligencia brillante, más bien pasaba por tonto, y eso que se escuchaba a sí mismo todo el día.

Hay otras formas de elevar la inteligencia de los niños, formas clásicas y de probada eficacia, pero que demandan un poco más de esfuerzo de los propios beneficiarios y -sobre todo- de sus padres. Al fin, es bueno que Mozart no haga milagros.

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