10-11-2008
OPINIONES
Carlitos Monzón, “un ídolo santafesino”
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Los ídolos populares son eso: "ídolos" que la gente elige como tales, sin que esa elección responda a parámetros de alguna lógica preestablecida, sencillamente son disposiciones de sentir popular.
Y Carlos Monzón fue un ídolo popular seguramente por sus éxitos deportivos, quienes tenemos algunos años no podemos olvidar que la ciudad de Santa Fe se paralizaba cada vez que "el negro Monzón peleaba", pero seguramente hubo otras razones para que muchos lo eligieran como ídolo.
Carlos Monzón fue una de las pruebas vivientes de que un niño pobre puede luchar para conseguir lo que sueña. A él nadie le regaló nada, y a pesar de su ignorancia, por haber estudiado hasta tercer grado, fue un niño que trabajó como sodero, lechero y diarero para poder ayudar a su familia. Tal cual como actualmente vemos niños en las esquinas y en las plazas, tratando de entretener a la gente que pasa para darle una moneda, mientras otros niños de su edad estudian, juegan y se divierten en la contención de una familia con otras oportunidades.
Todos conocemos de su destreza y sacrificio para lograr ser lo que fue, un campeón, un ídolo, luchando, peleando toda su vida, con la ayuda incondicional de su padre adoptivo Don Amilcar Brussa. Mirando a sus adversarios como la oportunidad de acercarle a su familia más recursos, tal cual lo hacía de niño.
El cariño a Monzón existe en el corazón de la gente que lo recuerda, que en su momento hizo colectas para que se construyera su monumento, y por respeto al sentir popular se debería obviar que sea un emblema de algo indeseable, porque el fue condenado por lo que hizo, hecho que no siempre ocurre con los "ricos y famosos". Durante años estuvo preso, sin comodidades, sin diferencias, sin una celda vip, como en el caso de algunos genocidas, en la cual pasarla mejor. No puedo olvidar un reportaje que le hicieran mientras estaba preso, en el que manifestó que esa celda al menos tenía piso, ya que en la casa en la que había vivido de niño el piso era de tierra...
Más allá de un monumento, como el que se le dedicó a Monzón, lo que se discute también es el pensamiento político que esta discusión ha dejado entrever. Si Monzón que pagó su condena, no tiene todavía la posibilidad de descansar en paz, que actitud se puede esperar para los asesinos, ladrones y delincuentes que actualmente están presos. ¿Qué oportunidades tienen de volver a la comunidad si eternamente serán juzgados por la sociedad? ¿De qué políticas carcelarias hablan estas gestiones de gobierno, si un delincuente que cometió un error, no le alcanzará esta vida para pagarlo socialmente? ¿Cuál es la verdadera política de derechos humanos?
Fuente: Por Silvina Frana
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