martes, 28 de octubre de 2008

TRANSITO DESCALZA

TRANSITO DESCALZA





Transito descalza... estoy eligiendo mi nuevo par de zapatos



Tanto para las madres como para los padres el gesto más tierno y más dulce cuando nace un bebé, más allá de mirarlo, besarlo y abrazarlo, naturalmente tomamos sus piecitos suaves con forma de empanadita, los besamos, los acariciamos...le sentimos el aroma a piel nueva. Aroma a bebé



Mi pregunta: ¿será que cómo padres estamos tratando de fortalecer desde el amor y la caricia lo que será el sostén de la futura vida a transitar?.



Hoy a los 48 años me detengo a mirar mi pasado. Muy a lo lejos casi imperceptible observo mis huellas suaves, livianas de mis primeros pasos cuando empecé a caminar descalza. Y a vuelo de pájaro observo las marcas de mis primeros zapatos de badana, las botanguitas, los charolados, y en un momento me detengo y observo una huella más pesada: los famosos zapatos gomicuer colegiales, que eran impuestos por el uniforme del colegio. Eran duros, negros, no dejaban correr, eran pesados, ahí me doy cuenta que empecé a dejar huellas en mi vida de mi escuela primaria, situación difícil para una niña de 5 años que ingresa a un sistema educativo sin previa adapatación donde todo era exigencia, rigor y ley. Siempre debían estar brillosos e impecables.



Sigo observando atentamente y empieza la variable de la adolescencia... sorprendente!.Los primeros taquitos, las primeras alpargatas de la rebeldía, los zapatos de 15... altos, elegantes que nos invitaban a bailar.



Esas huellas quedaron en tierra firme, arena, césped, un barro liviano, asfalto, veredas, boliches bailables. Muy florida en los movimientos. Parecía no tener un rumbo certero y o sorpresa cuando vislumbro en una alfombra roja las huellas de unos zapatos muy finos, elegantes, caros , era mi entrada a la juventud cuando me casé.



Me detengo y observo pensativa con un dejo de alegría, tristeza, nostalgia, buenos y malos recuerdos. Lo que me tocó vivir...



Ahí comienza la variable de elegir bien y mal los distintos zapatos para tramitar el pasaje a la adultez madura.



Hubo de todo. Todo tipos de zapatos. Todo tipo de calzado. Muchas dudas que camino debía seguir. Retrocesos. Volver a empezar. Por momentos veo huellas muy profundas en el lodo de las cuales costó mucho salir y otras huellas que con el correr del tiempo se borraron.



Puntualmente se que en cinco estadios de mi vida, tuve los pies de mis hijos en mis manos. Los besé, los acaricié, preparándolos para la vida. Solo los pies de Paula no dejaron huellas. Los otros piecitos están transitando la vida y deseo de lo más profundo de mi corazón y de mis entrañas que no tengan que hacer callos, que no haya ampollas, quemaduras, lastimaduras, espinas clavadas.



Es muy probable que mi deseo no se cumpla porque como dice el poeta Antonio Machado :..."caminante no hay camino, el camino se hace al andar, que una huella haz de dejar".

En este instante de mi vida, después de haber sufrido todos los cambios que generan en los pies de las personas un largo caminar, con aciertos y desaciertos, decidí sacar mis pies de los borcegos enterrados en el barro, o sacaba los pies o quedaba enterrada de por vida. Mis pies están cansados pero aún tengo la posibilidad de poder recomponerlos ,curarlos y cuando llegue el momento adecuado de elegir el camino a recorrer sea con el zapato correcto, para que las huellas de mi futuro no sean : tan lastimosas pero si sanas, seguras e imborrables.

LILIANA ARIZCUREN



DESPUES DEL DIVÁN

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