lunes, 9 de noviembre de 2009

CFK vuelve al endeudamiento externo

CFK vuelve al endeudamiento externo, como Martínez de Hoz en los ‘70; mientras, los viejos pobres mantendrán a los niños pobres


PUBLICADO EN http://www.edicion4.com.ar



Argentina: Propuesta de una Tercera Posición frente al intento de resucitar el nefasto bipartidismo y el perverso endeudamiento

Por Gestar *

argenpress.info, 06.11.09

El proyecto de reforma política que impulsa el gobierno de CFK es sólo una pata de una mesa político-electoral en construcción. Otras dos patas son la ley de medios, y el ingreso universal a la niñez junto con el plan de empleo mediante cooperativas. Y la cuarta pata es la vuelta de Argentina a los mercados internacionales de crédito, o sea, al endeudamiento externo.

Así como en la década del ‘70 Martínez de Hoz se encargó de reciclar los abundantes petrodólares, dando origen a nuestra impagable deuda externa; hoy nuevamente existe una sobreabundancia de dólares, producto de la multimillonaria emisión que el Tesoro norteamericano produjo ante la crisis financiera global. Los cuales están en búsqueda de expandir mercados conquistados; o reconquistar mercados perdidos, como el caso de Argentina.

A su vez el gobierno nacional, que viene de soportar una dura derrota electoral, ha tomado evidentemente la decisión de no ceder poder. Ni ahora, ni en las elecciones presidenciales del 2011. Y está operando, evidentemente, casi exclusivamente en función de ese remoto objetivo futuro, con prescindencia de toda otra consideración.

Se ha consolidado así una confluencia táctica de intereses entre la gran banca internacional y el gobierno nacional, que lamentablemente no es para nada novedosa en nuestro país. Este es el nudo gordiano de la cuestión, y por ello es que a la par de consolidarse ese objetivo estratégico de las finanzas internacionales, el gobierno nacional ha motorizado un conjunto de iniciativas políticas internas, con vistas a las elecciones del 2011.

Se trata en esencia de una receta neomenemista, basada en aprovechar el momentáneo efecto bonanza que produce en la economía el ingreso de capitales foráneos calientes. Complementada con jugadas electorales de pizarrón, con el anhelo por parte del gobierno nacional de revertir a su favor el disgusto generalizado manifestado recientemente por el electorado.

De esta manera, una vez más, nuestra extraviada dirigencia proveniente del bipartidismo -que es la responsable de la inaudita debacle argentina desde el ’83 en adelante-, está urdiendo una salida promiscua, apoyada en espurios intereses transnacionales. Obturando a la par la posibilidad de trazar una estrategia nacional que responda en primer lugar a nuestras necesidades y anhelos, y no a los de los poderes e intereses extranjeros.

El pacto Kirchner-Banca Transnacional

El gobierno nacional, debilitado tras la derrota electoral de junio pasado, ha puesto en marcha una suerte de “contraofensiva” y para ello ha buscado un socio: la Banca Transnacional, deseosa de recapturar esta atractiva plaza financiera descarriada.

Esta alianza no es novedosa en la política argentina: Videla mantuvo a rajatabla al ministro Martinez de Hoz, gran amigo de la banca Rockefeller. Alfonsín, para ganar las cruciales elecciones de 1985, despidió al transgresor Grinspun; y mediante el Plan Austral -primer remedo de la convertibilidad- entregó el manejo de la economía a “técnicos” confiables para el establishment financiero internacional, con Machinea a la cabeza del Banco Central. Menem, por su parte, en las cruciales elecciones de 1991, se abrazó al plan de Convertibilidad ideado por el preferido de los bancos, Mingo Cavallo. Y para su reelección en 1995 se abrazó a la misma receta, cuando ya era tiempo más que prudente para abandonarla definitivamente. Lo mismo hizo De la Rúa en 1999, y por ello reaparecieron sucesivamente Machinea y Cavallo como ministros de Economía, con el catastrófico final por todos conocido.

Lamentablemente los resultados de estos pactos están a la vista. Para bajar el riesgo país, pusieron al país en riesgo; en riesgo de ser un “Estado fallido”.

Ya sabemos por experiencia cuáles son los resultados de la preeminencia de los intereses financieros transnacionales. Este tipo de modelo necesariamente conlleva a un tipo de cambio bajo (por alentar la afluencia de capitales calientes) lo que provoca la desindustrialización relativa y destrucción de la poca industria nacional que queda. Conlleva también el acceso restringido al crédito externo, profundizando la extranjerización y concentración de la economía. Y además los préstamos en divisas externas tienden a sesgar el crédito hacia actividades exportadoras de recursos naturales, dando una vuelta de tuerca más a la reprimarización de las exportaciones.

Que la Argentina vuelva al redil financiero global es un objetivo de alta política internacional. Como siempre, los cerebros de la City han puesto condiciones, que están hoy en boca de las viudas de la década del `90, que han vuelto a reaparecer como la peste en los medios de comunicación del stablishment. Y cuyos asertos -o mejor dicho zonceras jauretchianas- son compartidos sin hesitaciones por los bonetes del bipartidismo, como si la desastrosa experiencia de la década de los ’90 no hubiera existido.

Para restablecer el imperio de las finanzas, requieren que se establezca paso a paso un conjunto de garantías, que son las siguientes:

• La reaparición de los canjes de deuda, para sacarse de encima los bonos ajustados por el manoseado Cer del Indec. Y de paso recibir una compensación por ellos, gracias a la “generosidad” manifestada por el ministro Amado Boudou; quien como ex alumno del Cema parece ser amado especialmente por los bancos. Los cuales pese la crisis ven multiplicadas geométricamente sus ganancias, mientras la mayoría de los restantes sectores manifiesta pérdidas. Si esto no es la patria financiera, la patria financiera dónde está.

• El reacercamiento al FMI, para obtener su (dudoso) visto bueno respecto de que las finanzas argentinas son sustentables. Claro que sustentables en el marco de una deuda creciente, perpetua, e impagable, propia de un país vampirizado y consumido por la gran banca, como sucedió en la década del ‘90.

• El pago al Club de París, habiendo llegado el gobierno al extremo de prometer un disparatado pago cash, como lo hizo con el FMI. Olvidando que buena parte de esa deuda con el Club de París es “deuda odiosa”, contraída directamente por la sangrienta dictadura militar. Cuyo juzgamiento respecto de los crímenes de lesa humanidad el actual gobierno sostiene a ultranza, pero no así respecto de sus restantes actos de gobierno. Y menos aún los financieros, en los que tuvieron directa responsabilidad los bancos que hoy intervienen en la reapertura del canje.

• La reapertura del canje de la deuda en default, cristalizando así un formidable negocio para la gran banca, que en el marco de la crisis financiera internacional logró hacerse de buena parte de los bonos argentinos en default a precio de ganga.

La vuelta a los mercados ante el fracaso de la reestructuración de la deuda de Kirchner y Lavagna del 2005

En el plano financiero estamos ante el estruendoso fracaso del plan de reestructuración de la deuda que concretaron Kirchner y Lavagna en 2005. Esa reestructuración, pese dejar buena parte de la deuda en default, preveía absurdamente volver al poco tiempo a los mercados internacionales de crédito. Obviamente ese contrasentido era imposible de llevar a la práctica, conforme lo expusimos en el año 2004 en el documento ¡Oh juremos con deuda morir! En él oportunamente criticamos dicho canje, pese la ola de beneplácito que suscitó entonces, y advertíamos que a poco de andar, las dificultades se harían nuevamente presentes a partir del año 2007-2008.

Para tratar de sostener ese plan insostenible, el gobierno apeló en el 2007 a destruir el Indec, y así cuasi defaulteó nuevamente la deuda canjeada con ajuste del Cer, para impedir que su capital siguiera creciendo. Y en el 2008 se vio obligado a reestatizar las Afjp, pese a que la continuidad de ellas fue una resultante de las secretas tratativas que se mantuvieron con la banca para concretar el canje del 2005. Y a la par metió la mano a cuanta caja encontró disponible. Y así se fueron vaciando las arcas del Anses, Pami, Banco Central, Nación. Y además se siguió con las quitas por pre-coparticipación a las provincias, incluso después de la estatización de las Afjp.

Ahora, como las administraciones de las provincias han estallado, se les ha permitido nuevamente el endeudamiento, por fuera de los márgenes de la ley de responsabilidad fiscal. La primera en lanzarse a esta faena es la provincia de Córdoba, una de las más endeudadas del país, que emitirá bonos al 12% anual con cláusula dólar y garantía de coparticipación, lo que le significará una tasa real del orden del 50 % anual en pesos. Un disparate que lo único que hará será agravar aún más la complicada situación en la que se encuentra. Pero que la dejará aún más sujeta a los imperiosos dictados del gobierno nacional, situación que se repetirá con las restantes provincias.

Para el año que viene el gobierno nacional prepara el lanzamiento de bonos globales, y pretende así poder salir de una situación insostenible financieramente. Que le permitirá además desembarazar a la Anses y a los otros organismos de parte de la deuda forzosa que le colocó el Estado nacional, para que buena o malamente vuelvan a cumplir, con fines electorales, los objetivos para los que fueron creados.

Las garantías implícitas para poder volver al mercado de la deuda

La primera garantía que buscarán es la de lograr una renovada alianza de sectores económicos. Con el poder de fuego de disponer de dólares a discreción, el sector financiero puede lograr la inmediata adhesión del sector transnacionalizado de la economía, siendo tal vez el primer sujeto de crédito los proyectos de megaminería.

Pero la alianza debe incluir necesariamente a algún sector real de la economía doméstica. Aquí aparece la “competitividad” del complejo cerealero granario, que puede funcionar perfectamente con un tipo de cambio bajo o medio bajo, produciéndose así una nueva ola de concentración y extranjerización económica en el campo argentino. Aparece también la posibilidad de impulsar megaproyectos de monocultivo de bosques implantados, y extensión de la frontera agropecuaria para siembra directa para agrocombustibles, asumiendo la Argentina el denigrante rol de “secuestrador” de las emisiones de carbono del Norte.

Quedan afuera de este esquema los sectores de pequeña y mediana empresa tanto industriales como agropecuarios; los sectores de capas medias profesionales, y el sector laboral en general. Aunque los efectos negativos sobre este último sector pueden neutralizarse vía la valorización del peso y el efecto de riqueza ficticia que se vivió en los 90.

El plan K

• La pata financiera, consistente, como se vio, en el arreglo con los bonistas holdouts, con el club de Paris, el restablecimiento pleno de relaciones con el FMI, y la vuelta a los mercados de la deuda.

• La pata social, con un plan que a la vez garantice contención social y posibilite una cooptación social (Planes de Niñez y de trabajo a través de cooperativas digitadas por los punteros e intendentes del conurbano).

• La pata política, con la Reforma Política que garantice el restablecimiento del bipartidismo. Tal como lo reclaman las viudas de la década de los ’90 y los politólogos del stablishment, para asegurar la “gobernabilidad”. Que no es otra cosa que el gobierno a favor de los intereses extranjeros y concentrados, y en contra del pueblo.

• La pata comunicacional (la disputa con Clarín por el control del monopolio comunicacional que éste detenta, para revertirlo a favor del kirchnerismo).

- Reforma Política: el objetivo es consagrar el bipartidismo Pj-Ucr e impedir el surgimiento de una tercera fuerza independiente.

El Pj y la Ucr han dado sobradas pruebas a los “mercados” de que nunca van a cuestionar el modelo de la deuda. Son fuerzas confiables, amigas y, en todas sus variantes, altamente infiltradas por los promotores del endeudamiento externo. De esta manera el bipartidismo del Pj-Ucr, pese sus antecedentes históricos, se ha convertido en el Partido de la Deuda.

A la par que se avanza en esta reforma política, se impulsan las candidaturas de N. Kirchner y E. Duhalde dentro del PJ. Dos candidatos íntimamente identificados con el mismo modelo, pero que obviamente se presentarán como opciones distintas.

Duhalde podrá encolumnar a parte de la pseudo “burguesía nacional” de la UIA, a parte del sindicalismo peronista con Barrionuevo a la cabeza, y a la parte no kirchnerista del aparato del Pj. Kirchner seguirá con sus apoyos económicos de alto vuelo como Susan Sigal (Banca Rockefeller), banqueros como Britos y los Eskenazi, Repsol y las petroleras, la Barrick y las multinacionales exportadoras de granos.

(Estas últimas nos han deparado últimamente un ejemplo vívido de cómo funciona en la práctica el bipartidismo, con la total inacción registrada por parte de la comisión bicameral que debía a investigar a las exportadoras de granos, beneficiadas por la famosa resolución 125. Las cuales a lo largo del tremendo conflicto que se produjo con el campo el año pasado, se llevaron puestas como si nada 2000 mil millones de dólares. El oficialismo opositor promete para la tribuna el año que viene, multiplicar las comisiones investigadoras, cuyos resultados seguramente no diferirán mucho de ésta.)

Kirchner contará también con el apoyo de la CGT de Moyano y del aparato de gobernadores e intendentes disciplinados por la caja fiscal. De este modo, la confrontación entre N. Kirchner y E. Duhalde cuenta con el peso suficiente para monopolizar la disputa al interior del Pj, y a la vez con la capacidad de no romper ningún pacto con el stablishment.

En el caso de la Ucr, la reforma consolida las posibilidades de Cobos, y le dificulta el camino a Carrió. Este escenario obliga a Carrió a “pegarse” cada vez más a los intereses de las altas finanzas, representadas por Prat Gay, y a los de un sector en aprietos como Clarín. Habiendo llegado recientemente al error histórico de enviar cartas de denuncia a las embajadas, con la tácita aceptación de que los problemas argentinos no podemos resolverlos los argentinos, hecho que desdibuja definitivamente su deshilachada identidad política.

Carrió actúa como un espejo de los Kirchner. Busca apoyos afuera para dirimir la disputa interna. Apela ingenuamente a la ayuda de las democracias republicanas, de la “civilización” y el Primer Mundo, olvidando que en él también priman los intereses financieros. Como puede verse patéticamente en el caso de Obama, que ha actuado como el Mesías salvador venido en rescate de… los grandes bancos norteamericanos que asolaron al mundo.

En definitiva, la reforma política tiene como objetivo asegurar la “gobernabilidad” a favor de los intereses del stablishment. Como en los tiempos de Jaroslavsky y Manzano, y los de Lamberto y Baglini, cuyos catastróficos resultados quedaron expuestos a la opinión pública en la crisis del 2001.

Tomando como telón de fondo a la historia, se trata nuevamente de forzar el institucionalismo, al impulsar una reforma política desconociendo la voluntad popular, y sin formular en manera alguna un proyecto de Nación. ¿Qué reforma política tiene auténtico sustento sin un proyecto que presuponga al pueblo como protagonista, al pleno ejercicio de la soberanía, al desarrollo con justicia, a la integración latinoamericana, y una estrategia geopolítica acorde con nuestros intereses nacionales?

- Plan de Contención Social y laboral

Con una enorme mezquindad, reveladora de sus verdaderos motivos, el gobierno se apropió del plan de la asignación universal por hijo que venían reclamando vastos sectores de la política y la sociedad, mediante un decreto de necesidad y urgencia. Pese a que no hizo caso de esta necesidad y urgencia durante los seis años del mandato bífido que viene cumpliendo.

Y a la par, en una hábil maniobra propia de la mentalidad de caja de Néstor Kirchner, se sacó de encima obligaciones por 2300 millones de pesos correspondientes al Plan Familias, y por 2000 millones correspondiente al Plan Jefes y Jefas. O sea casi 5000 millones de pesos que se sustraerán del Fondo de Garantía del Sistema Previsional, representando un alivio para el gobierno nacional y un último manotazo a la Anses y al haber jubilatorio.

Los viejos pobres serán ahora el sostén de los niños pobres. Y el hecho de que el gobierno haya rehusado públicamente gravar la renta financiera y modificar la Ley de Entidades Financieras -dictada por Martínez de Hoz y Videla igual que la derogada Ley de Radiodifusión- muestra claramente la política de alianzas que lo alienta.

A su vez, lanzó un vasto plan laboral mediante cooperativas de trabajo que serán digitadas por los eternos barones del suburbano bonaerense, matando así dos pájaros de un tiro con vistas a las elecciones del 2011. Resulta evidente que esta reforma social reavivará firmemente los lazos del clientelismo, en un momento en que se estaban produciendo vertiginosos realineamientos políticos.

En el plano laboral, queda cada vez más lejos la promesa kirchnerista que un pleno empleo abriría paso a una discusión salarial en alza. La lucha por volver a la distribución histórica previa a los ‘70, de un reparto fifty-fifty entre el sector del capital y el trabajo, una vez más ha quedado abandonada. El rol de los sindicatos oficialistas seguirá siendo el de presentar los reclamos laborales de los trabajadores en blanco y bajo convenio, que representan menos de la quinta parte de la fuerza laboral. Ante empresas formadoras de precios que lo único que hacen ante ello es realimentar la inflación al trasladar sus costos laborales a los consumidores, siendo en definitiva éstos los que pagan las pretensiones de Moyano y los platos rotos. Sólo una profunda reforma impositiva y financiera puede devolverle el peso perdido a los salarios respecto a las ganancias empresariales.

- Plan Comunicacional

En este marco, la pelea Kirchner–Clarín puede interpretarse como un episodio más del juego “política y negocios”, que bien sabe jugar don Nestor, desplazando a aquél que no entra en el esquema propio. Kirchner está buscando reemplazar a Clarín en el control de la opinión pública interna. No para que ésta se forme libremente, sino con la aspiración de moldearla él, con la ayuda de los empresarios compinches del poder, tal como penosamente se ve en Santa Cruz, y los medios oficiales nacionales. Pretende destruir el enorme poder comunicacional de Magneto-Noble, no para socializarlo noblemente, sino para apropiarse ruínmente de él.

Conclusiones

Aspiramos a que este documento sirva como disparador de una discusión política fraterna entre todas las fuerzas políticas, movimientos sociales y compañer@s que han dado testimonio de militancia y compromiso con la causa nacional y popular.

Creemos sinceramente que entre todos tenemos que sacar las conclusiones para actuar mancomunadamente.

Pensamos que deberíamos no perder la perspectiva de la existencia de todo un plan por parte del actual gobierno. Y en consecuencia oponernos inteligentemente a él mediante un contraplán, sobre todo en lo referido a la Reforma Política.

En consecuencia, deberíamos revisar la estrategia política y de alianzas en el campo nacional y popular. Creemos que el peligro de este conato de restablecer el bipartidismo encierra a su vez una gran oportunidad. Las estratagemas y artimañas que se planifican en los cenáculos del poder generalmente no salen como pretenden quienes la elucubran, y muchas veces se vuelven contra ellos.

El hecho de que en las internas abiertas y obligatorias pueda precipitarse un voto “contra” Kirchner, como sucedió en las recientes elecciones, no parece haber sido ponderado por esos estrategas de salón.

A su vez el gobierno, fruto de sus errores del pasado y sus compromisos actuales, arrastra una complicada situación en relación al equilibrio de los precios internos, cuya pretensión de ajuste seguramente tendrá amplias repercusiones sociales, como sucedió recientemente con el tarifazo del gas y la electricidad, que aún se encuentra pendiente.

Por último, debemos destacar el hecho de que el proyecto de reforma política en curso prevé una nivelación a favor de los partidos alternativos al bipartidismo en lo referido a la decisiva propaganda por radio y televisión. Estos medios resultan indispensables para llegar a las grandes masas, y hasta hoy la disponibilidad de ellos les ha sido enteramente negada a los partidos alternativos, tanto por el costo de esos medios como por su alineamiento con el stablishment.

En consecuencia, ese aspecto de la reforma (que tiene por mezquino objeto por parte del gobierno birlarle a De Narvaez y Macri su más potente recurso electoral, estrenado en las recientes elecciones) brinda una inusitada oportunidad a los partidos alternativos, que sus dirigentes no deberían de manera alguna desaprovechar.

Quizás este cúmulo de oportunidades y peligros sea el estímulo que necesiten los partidos alternativos al régimen, para pensar en grande, deponer estúpidas rencillas, enconos personales y cultura del divisionismo, y para tratar de construir una Tercera Posición: un Frente Amplísimo Nacional y Popular, tan grande como para enfrentar y derrotar al bipartidismo; detener la interminable debacle de Argentina como Nación; y lograr el bienestar de todo el pueblo. Y no el bienestar excluyente de los amigos e influyentes del poder, como lo ha logrado en el último cuarto de siglo el nefasto bipartidismo del Pj-Ucr que hoy se quiere restablecer.

Si no sabemos aprovechar esta oportunidad y enfrentar este desafío, está bien que nos hundamos en el olvido. Esta oportunidad llena de peligros, va a ser un test ácido para muchos dirigentes que piensan sólo en algunas decenas de miles de votos, para ocupar ésta u otra banca acá o allá; y para ver si pueden pensar realmente en grande. Se abre una gran oportunidad a los partidos chicos, que sólo podrán aprovecharla si tienen capacidad de grandeza. Y si no tienen capacidad de grandeza, pues está bien que desaparezcan. Serás lo que debas ser, o si no no serás nada.

* Firmado: Mario Cafiero, Javier Llorens, Luis Messina, Ruben Rojas Breu, Hugo Melgarejo, Stella Semino, Alex Obal, Honorio Díaz, Guillermo Hamlin, Silvia Mozeris, Virginia Lourdes, Amalia Zille, Carlos Wilkinson y otros integrantes del grupo Gestar.

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