Por ricardoacostatorres
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“Se le da el nombre de Fútbol al más frío de los monstruos fríos. Y miente desvergonzadamente y su mentira es esta: Yo, el Fútbol, soy el pueblo”. “Todo en él es falso, con dientes hurtados muerde el sarcástico”. Parafraseando a Nietzsche, el más frío de los monstruos fríos, el Fútbol, es el ente con mayor arraigo en la sociedad, más global incluso que la democracia misma.
¿Por qué es el más frío de los monstruos fríos si el Fútbol desborda pasiones? Simple. Desde su génesis ha sido la batalla constante para el control mental. Estructuralmente mediante el Fútbol se maneja el inconsciente con fines económicos. Para nadie consciente esto es una mentira.
¿Qué dice Nietzsche al respecto? Probablemente estaría a favor en tanto el desbordamiento del espíritu dionisiaco que genera el fútbol, más aún cuando éste es la génesis de la separación apolínea del ser humano.
En tanto alcohol y en tanto fiesta pagana el fútbol es un escenario ideal para la proposición nietzscheana, aunque esa liberación de los sentidos a la que invita el alemán se sale de los límites que él aconseja.
El fútbol, al exceder los límites, termina por ser una herramienta del Estado para el control social. ¿De eso habló Nietzsche? Sí, pero entre líneas. Después de todo él siempre supo que habría instituciones que servirían para el control social.
Paralelo a la religión, el fútbol cumple esta finalidad. Al trascender los límites dionisiacos pasa al lado de la religión. ¡Dios ha muerto! sentenció el hombre de gran bigote pero sin darse cuenta que su muerte engendraría la vida de una criatura más grande, más penetrante: el fútbol.
El más frío de los monstruos fríos, el Fútbol, tiene un arraigo tan inmenso en la sociedad que paraliza a los individuos, los enajena y por ende los despoja de su individualidad. ¿Qué hacer con ello? Únicamente disfrutar del deporte y olvidarse de sus connotaciones políticas, comerciales e ideológicas.
¿Qué haría Nietzsche en la actualidad? Seguro se limitaría a festejar bebiendo dionisiacamente mientras ignoraría el Fútbol, sus consecuencias y acciones, pues para él primero está el yo y después está el nosotros.
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