martes, 27 de julio de 2010

PALABRAS INEDITAS







Amaneció mojado el cielo


con notas de fresca llovizna,


pareciera que mi alma


buscara sumergir allí


mi soledad


en callados arpegios…


Estoy afiebrada de silenciar


La canción del anhelo;


y la nota que nutre mi quimera


viene desde el fondo de la vida


esparciendo aromas,


pintando aguaceros… primavera,


sueño, ilusión,


esperanza…



Voy dejando mis versos dispersos


llenos de cándida dulzura,


para cubrir tus huellas


con la tibieza de mi cuerpo,


trozos de miradas y


gestos que me erizan…



Me paso las noches


descolgando estrellas y luceros


para trocarlos en besos


enredándome en tu alma


viviendo una aventura


vestida de sudor y esperma,


comiendo el pan del instinto,


bebiendo el vino del derroche…



En la orilla invisible del cielo


escribo esta límpida queja


imitando la voz del viento,


susurrando apenas


para no despertar a los pájaros


ni agotar el perfume de mil flores,


mientras


mi alma tiembla furtivamente


como un lirio


que se queda dormido al pie de un árbol,


esperando tus caricias…




Mis palabras recientes


van cargando horizontes,


en tu alforja


y abriendo soles en mi pecho;


tus versos en tanto


con sed de mis besos


sólo piden entrega


con los rojos más ardientes


y las manos impacientes,


mi pecho sin aliento


va cayendo por la vereda del mundo


para atrapar tus huellas,


y sigue destino afuera


urdiendo fugas


yendo en pos del destino


que se lleva tu imagen,


envuelta en tu alma…



En la orilla del ocaso


mi amor contenido


estruja una balada


con palabras calientes


que conocieron tu historia


y bebieron junto a las tuyas el elixir de la vida,


en finas estrofas nocturnas


y tibios suspiros en mi almohada…

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