miércoles, 7 de octubre de 2009

El tango, patrimonio de la humanidad

El tango, patrimonio de la humanidad







Alguna vez se dijo que en la Argentina determinadas producciones culturales deben ser reconocidas en el extranjero para que luego sean admitidas aquí. Como para hacer realidad el aforismo que postula que “nadie es profeta en su tierra”, el tango -por ejemplo-, primero fue reconocido en Francia a comienzos del siglo XX. Ahora, el reconocimiento alcanzó mayor escala y llegó desde más lejos, ya que en la reunión de la Unesco en Abu Dhabi fue incorporado a la lista de bienes intangibles que integran el Patrimonio de la Humanidad.



Los historiadores, que no son pocos en este género, aseguran que en la segunda década del siglo pasado el tango adquirió carta de ciudadanía cuando triunfó en París. Recién entonces las clases altas y la clase media en ascenso resolvieron aceptar a esta música, considerada prostibularia -reptil de lupanar la calificó un conocido escritor nacionalista de aquellos años- por las almas bien pensantes de entonces.



En realidad, lo que han hecho los delegados de la Unesco fue simplemente reconocer algo que ya está incorporado a la realidad cultural contemporánea. En los principales países del mundo, el tango despierta altas expectativas. Esta música rioplatense se ha convertido en un producto cultural respetado y en más de un caso admirado. Tanto es así que mientras la música se escucha en Occidente y en Oriente, Buenos Aires es sede periódica de concursos internacionales a los que concurren los mejores bailarines del mundo.



Cuando un periodista le preguntó a un funcionario de la Unesco acerca de los efectos prácticos que tendría este reconocimiento, éste se limitó a responder que ninguno, porque el tango ya es conocido en el mundo, es escuchado y bailado en los puntos más recónditos del planeta.



En la Argentina, el tango es uno de nuestros principales productos culturales de exportación, por no decir el más importante. En reuniones empresarias, diplomáticas o sociales, en cualquier “evento” donde es necesario exponer algo que pertenece indiscutiblemente a la cultura del Río de la Plata, el tango es nuestro más prestigiado y discreto embajador.



Desde un punto de vista económico, el ritmo del dos por cuatro moviliza -sólo en la ciudad de Buenos Aires- alrededor de 650 millones de pesos por año. Las orquestas y grupos musicales que ejecutan el tango se han ampliado y desde hace rato la juventud es una protagonista central. La giras de estos músicos cosechan calurosas adhesiones en el mundo y en todos lados se constituyen grupos que intentan imitarlos.



Desde una perspectiva estrictamente musical, un reconocido comentarista de tango, Américo Tatián, sostuvo que el tango ha aprobado con excelentes calificaciones todas las asignaturas necesarias para ser reconocido como música clásica. Algo parecido podría decirse de la poesía de sus letras, la calidad de sus poetas y la complejidad y encanto de su paso de baile. Esta relación entre música, poesía y baile es otra de las claves que explican la fortaleza de un género que nos enorgullece.


PUBLICADO EN DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE


CARLOS GARDEL



FRANCISCO CANARO




ALBERTO CASTILLO







ENRIQUE DISCEPOLO




GOYENECHE




JULIO SOSA




MARIANO MORES












ASTOR PIAZZOLA















ANIBAL TROILO



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